Luego de 23 días de reportar la desaparición de su hijo, Izz Madrigal lo encontró muerto, justo como lo había soñado tres días antes.
Óscar Enrique Ortega Madrigal, de 22 años, estudiaba para convertirse en abogado, mientras trabajaba para costearse la universidad y cumplir su mayor ilusión: tener su pick-up Tacoma roja.

De acuerdo con su mamá, Óscar era alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), donde cursaba con entusiasmo sus estudios, pues soñaba con graduarse y dedicarle el título a su familia.
La madre relató en sus redes sociales que el 12 de julio despertó llorando luego de soñar a su hijo su vida de forma violenta.
“Me desperté el 12 de julio a media noche llorando porque tuve un sueño de esos que se sienten reales. Ese mismo corazón que hoy late cansado porque duele, pero aún late y está esperando a su hijo más pequeño”, escribió en una carta.
El joven, de complexión delgada y 1.80 metros de estatura, fue hallado en un terreno baldío, boca arriba, tal como su madre lo había presentido.
Óscar, conocido por su nobleza y empeño en trabajar desde niño, soñaba con graduarse como abogado y con entregarle a su madre el título universitario que tanto deseaba.
En una carta que Izz escribió en tercera persona, imaginando la voz de su hijo, plasmó lo que pudo haber sido su despedida: “Yo quería ser abogado, (…) le prometí a mi mamá que un día le entregaría mi título y la haría sentir muy orgullosa, pero ya no tuve tiempo, me quitaron la vida antes de poder lograrlo”.
La madre, quien luchó contra el cáncer para permanecer más tiempo junto a sus hijos, resumió su dolor con una frase premonitoria que hoy retumba: “Yo lo presentí”.
El cuerpo de su hijo fue localizado en las calles de Tijuana y solo esperaba la confirmación este fin de semana, la cual le llegó este domingo.
LP