Detrás de cada caso de bullying en las escuelas, hay padres o madres que enfrentan cuadros de depresión, ansiedad o viven situaciones de violencia familiar, señaló Guillermo Adame Calderón, secretario de Salud en Durango.
Explicó que esta situación se detecta cuando se atiende a los niños o adolescentes involucrados y se tiene contacto con sus familias. “Muchas veces, cuando encontramos detrás de un hijo violento, o de alguien que bulea, cuando platicas con el padre de familia encuentras la razón. A veces es la familia la que se encuentra en problemas de violencia, y es precisamente uno de los nuevos retos educativos que tenemos como sistema”.
El funcionario indicó que, en cada caso atendido, al indagar sobre el entorno del menor, se encuentran problemáticas familiares de fondo que deben abordarse.
“Ha sido uno de los factores sociales de estos tiempos. Sí hay mayores reportes de bullying porque la gente se expresa más. Las redes sociales son medios más fáciles de poderlo visibilizar. Pero tampoco es un asunto que esté sucediendo de manera extraordinaria. Estamos trabajando con los niveles normales”.
Adame Calderón agregó que se cuenta con el apoyo de instituciones como el Sistema DIF y del propio ayuntamiento de Durango para canalizar estos casos, aunque recalcó que las enfermedades mentales deben ser incluidas en las estrategias educativas dirigidas a niñas, niños y adolescentes.

“Se les ayuda, las escuelas tienen sus psicólogos, la presidencia municipal en Durango tiene todo un centro de atención. Pero también debemos de decirlo, las enfermedades mentales son parte del propio proceso educativo”.
El secretario también advirtió que actualmente no se cuenta con el número suficiente de psicólogos para atender la alta demanda de atención emocional en las escuelas.
“Acuérdense que en Durango hay 2 mil 500 escuelas unitarias; sería prácticamente imposible poderlas cubrir”, concluyó.
edaa