En la Dirección de Protección Civil de Gómez Palacio, Francisco Reyna Díaz esperaba paciente la unidad que lo trasladaría hasta las oficinas del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en donde le brindarían apoyo para su traslado hasta Guadalajara, Jalisco, a donde decidió acudir para trabajar, ganar un dinero y no llegar con las manos vacías con su familia en Michoacán, de donde partió hace alrededor de dos meses con destino a Estados Unidos buscando un mejor porvenir; sin embargo, en el trayecto se enfrentó a otra realidad.
Ahora, con la certeza de que ya no existe ese 'sueño americano', relata su experiencia como emigrante y que solamente al recordar esos momentos, su voz se quiebra y sus ojos se humedecen.
Francisco Reyna, con 58 años de edad, salió del Estado de Michoacán entre mes y medio y dos meses e hizo un pago de 500 dólares a unas personas que le dijeron que lo iban a pasar a Estados Unidos por la frontera de Piedras Negras, Coahuila. Al llegar al lugar, junto con otro grupo de personas cruzaron el río, pero quienes supuestamente los ayudarían ahí los abandonaron: “Corrieron todos y ahí nos dejaron”.
Desconoce en qué momento pasó, pero se quedó solo y decidió regresar nuevamente por el río después de ser perseguido por la migra y esto para no ser deportado. El objetivo de Francisco era llegar a Houston o San Antonio, Estados Unidos, para trabajar. “Pero todo se volvió nada de repente”.
Luego de cruzar nuevamente el río, personas del lado de Piedras Negras le ofrecieron ayuda con comida y principalmente con un cambio porque estaba mojado y, al ser de madrugada, el frío era insoportable. Ahí tomó el tren hasta el municipio de Escobedo, en donde hizo una parada y también le ayudaron con alimentos.
Continuó su camino a través del ferrocarril hasta llegar a Gómez Palacio el pasado domingo, pero al principio no fue como esperaba, pues llegó hasta la antigua estación a descansar, en donde también estaban otras personas, y al despertar se percató de que sus pocas pertenencias ya no estaban.
Fue cuando decidió buscar apoyo de las autoridades municipales, siendo atendido principalmente por la Dirección de Protección Civil quien le brindó un lugar donde alojarse, alimentos, una cobija, así como, en coordinación con el sistema DIF, lo ayudarán para que continúe con su viaje en mejores condiciones. De igual forma, reconoció la hospitalidad de los gomezpalatinos.
Después de su experiencia, Reyna Leyva aconseja a las personas que consideran irse de indocumentado hacia el país del norte a que no lo hagan; “se sufre, bastante”.
“Yo siento que el sueño de Estados Unidos se terminó; tenemos todo en México, nada más que a veces, no sé cómo explicarlo, pero el sueño ya no vale la pena, porque hay mucha maldad en el camino, hay mucho engaño”.
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