En la Ciudad de México cuatro de cada diez usuarios del sistema de transporte individual Ecobici son mujeres. Este programa consiguió que la bicicleta se convirtiera en una opción real para las mujeres, afirma en entrevista Fernanda Rivera, subdirectora de Cultura y Uso de la Bicicleta en la Secretaría de Medio Ambiente.
Rivera recuerda que al inicio del programa, hace siete años, sólo dos de cada diez usuarios eran mujeres y ahora ese porcentaje no sólo se duplicó sino que sigue creciendo, de acuerdo con los datos abiertos que genera el sistema.
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Al cumplirse el séptimo aniversario, Rivera asegura que “cada vez es mayor el número de mujeres que decidimos utilizar la bici como una opción real de transporte”.
“Estos siete años nos han mostrado que una vez que construyes infraestructura segura la gente la usa. Hemos subido a la bici a muchísima gente que no estaba dispuesta a utilizarla como medio de transporte”, dice la responsable de los programas Ecobici, Muévete en Bici y en Bici a la Escuela, entre otros.
Con sus 35 mil viajes promedio diario y más de 240 mil usuarios registrados –“es como llenar dos veces el Estadio Azteca”, dice Rivera— Ecobici es el tercer sistema más grande en el mundo y el más grande en América Latina.
En febrero de 2010 comenzó con 85 cicloestaciones en una sola delegación y mil 200 bicicletas, siete años más tarde tiene ya 452 estaciones, 6 mil bicicletas y cubre tres delegaciones.
Al cuestionarle sobre por qué no se expande el sistema hacia zonas no atendidas de la ciudad, como el oriente o el norte, Rivera responde que actualmente están consolidando la cuarta fase de expansión.
“En 2015 la fase cuatro implicó un crecimiento de 60 cicloestaciones y 2 mil 500 bicis nuevas. Fue muy importante porque implicó acercarnos a la zona sur e incluso el año pasado pusimos ocho estaciones en zonas de alta demanda”.
Los críticos del programa acusan que se privilegia a los habitantes de las colonias centrales, donde la vivienda es más cara, lo que convertiría a Ecobici en un programa discriminatorio.
“¿Por qué está Ecobici en la zona central? Una de las razones es porque sabemos que el 40 por ciento de los viajes llegan a esta zona y es donde más transporte público existe y queremos fomentar la intermodalidad”, dice Rivera, quien todas las semanas recibe visitas de funcionarios interesados en replicar el sistema.
Nos visitan lo mismo de Estados Unidos que de América Latina o hasta Asia, como una delegación de Vietnam que recibimos hace poco, recuerda.
Entre las ventajas del programa y del uso de datos abiertos está el romper con mitos alrededor de la bicicleta en ciudades como la de México, con uno de los peores tráficos del mundo.
En 2015 el usuario que realizó el mayor número de viajes fue un hombre de 42 años que vivía en Neza y aunque la edad promedio del usuario es de 35 años, uno de cada diez tiene más de 70 años.
“Estamos rompiendo el estigma de que la bicicleta no es para los adultos mayores porque ellos también son parte de Ecobici”.
-- Otro de los cuestionamientos es que sólo beneficia a la gente de las colonias centrales.
--Sabemos que no es así por los registros con que contamos conocemos que el 50 por ciento de usuarios no vive en esa zona e incluso el 15 por ciento viene de la zona conurbada del Estado de México, por lo que termina siendo un beneficio metropolitano.
La zona de Buenavista, donde confluyen el Tren Suburbano, la línea B del Metro, las líneas 1 y 2 del Metrobús y varios corredores de autobuses es uno de los nodos más importantes, por su alta demanda.
“Para atenderla colocaron 12 estaciones con 432 bicicletas por las mañanas y el mismo número de espacios libres por las noches. Tenemos ocho vehículos con capacidad de 50 bicis solo para atender esa zona”.
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Sobre la vida útil de las bicicletas y los desperfectos de que se quejan los usuarios Rivera asegura que hay un equipo de más de 280 personas que realizan dos tipos de mantenimiento, el preventivo en la calle y el correctivo directamente en taller.
“Se atienden al día 150 bicis que se les hace un servicio completo y en 2015 se cambiaron por completo 2 mil 500 bicicletas, todas las de la primera fase.
“Lo que más nos importa es la experiencia del usuario, que los usuarios tengan una bicicleta de calidad porque no se trata de solamente poner las bicicletas y olvidarse de ellas, sino de la gestión, que termina por ser lo más importante”.
En México existen otros sistemas de bicicletas públicas compartidas, el segundo más grande se encuentra en la zona metropolitana de Guadalajara, con 2 mil bicicletas y 236 estaciones. El más nuevo es el tercero en dimensión en la ciudad de Puebla, con 70 biciestaciones y mil 50 bicicletas; mientras que Toluca y Pachuca cuentan con pequeños sistemas y un número reducido de bicicletas.
nerc