La formación geológica de las montañas de Nuevo León es de las más recientes en América Latina, lo que genera movimientos de tierra con el paso del tiempo que se ven interrumpidos o agravados por prácticas como el fracking, extracción de roca caliza y la perforación de mantos acuíferos, informó Antonio Guerrero, cronista de Santa Catarina.
Las cadenas montañosas del estado siempre han funcionado como defensas naturales contra huracanes y ciclones, sin embargo, fue con la llegada del huracán Alex en el 2010 que se tuvo mayor conciencia sobre los movimientos de la tierra provocados por fuertes lluvias.
“Durante mucho tiempo antes del huracán Alex las montañas nos protegían de huracanes, ciclones. Todavía no se tenía conciencia de que la formación geológica estaba provocando movimientos de tierra, estos afloraban o afloran cada vez que llueve mucho.
“A partir del Alex como que tomamos un poquito más de conciencia en base a eso y nos dimos cuenta de que además de que la tierra se está formando, después de las lluvias hay movimientos de tierra”, indicó el cronista santacatarinense.
Desde hace 66 millones de años existen mantos freáticos presentes en el subsuelo del estado, pero fue en años recientes que se comenzó a extraer agua de las cuencas, lo cual está causando las fracturas en la corteza terrestre que dan paso a los sismos.
“Estamos evolucionando o estamos acelerando ese proceso natural de formación, entonces si la tierra provoca o provocamos esos movimientos de manera artificial con extracción desmesurada de piedra caliza, de piedra azul, para producir cemento, materiales de construcción (…) entonces eso nos va a pegar de una u otra manera”, mencionó.
La factura va a ser cara, dijo, ya que se trata de daños irreversibles al medio ambiente por la falta de regulación y control de la explotación del agua y de la práctica del fracking.
Por todo lo anterior, las palabras del poema “Monterrey de la Montañas. Tú que estas a la par del río que a veces te hace una sopa y arrastra puentes consigo”, dichas por Alfonso Reyes hace muchos años nunca tuvieron mayor sentido que ahora, concluyó el cronista.
