Solo el 6 por ciento de las denuncias culminaron en averiguaciones consignadas o con vinculación a proceso durante los 16 meses que Roberto Flores Treviño estuvo al frente de la Procuraduría de Justicia.
Según las estadísticas de la dependencia estatal, entre octubre de 2015 y enero de 2017, en Nuevo León se abrieron un total de 109 mil 726 averiguaciones previas.
En ese mismo periodo se consignaron en total 6 mil 493 de esas averiguaciones previas, lo cual resulta en una efectividad de 5.91 por ciento.
Fue en enero pasado cuando la Procuraduría de Justicia logró el mayor porcentaje de eficiencia entre las averiguaciones iniciadas y las consignadas, al cerrar el primer mes de este año con un 6.85 por ciento, luego de 6 mil 621 iniciadas y 454 consignadas.
Esto, a diferencia del mes de enero de 2016, cuando se registró la menor cifra de averiguaciones consignadas en un mes, con solo 284.
Porcentualmente el peor mes fue agosto de 2016, pues se abrieron 8 mil 801 averiguaciones previas, y de éstas solo se logró tener 379 averiguaciones consignadas, lo que resulta en 4.30 por ciento de efectividad.
Cambio de mando se repite
A un año y cuatro meses del inicio de la administración de Rodrigo Medina de la Cruz, el 3 de febrero de 2011, una serie de cambios sacudieron al Gabinete. Entre otros funcionarios, quienes dejaron sus cargos fueron el entonces procurador Alejandro Garza y Garza, y el secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Treviño Berchelmann.
Ahora, precisamente a 16 meses del inicio de la actual gestión estatal, la historia se repite, aunque por el momento solo en el caso de la Procuraduría de Justicia, luego de que su titular, Roberto Flores Treviño, presentara su renuncia al gobernador Jaime Rodríguez Calderón.
En 2011 llegaron a ocupar los citados cargos Adrián de la Garza Santos, que fungía como director de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), y el general de división Jaime Castañeda Bravo.
Según los registros periodísticos, existe una semejanza de la situación actual de seguridad con la de aquella época, debido a diversos eventos violentos por el reacomodo de los grupos del crimen organizado.
Por ejemplo, un día antes de los cambios en el Gabinete de Rodrigo Medina, el municipio de San Pedro Garza García era el centro de atención luego de que elementos de la Marina abatieran a cuatro integrantes de una célula del narcotráfico que operaba en ese territorio, de ellos, uno era antiguo guardia de Mauricio Fernández Garza.
En esa misma semana, las calles de Residencial Las Norias, en Apodaca, fueron testigos de una balacera entre criminales y uniformados, en la que un miembro de la Policía Federal perdió la vida y otros tres más resultaron con lesiones de consideración.
El mismo día, un oficial de la Policía de Allende fue ultimado por un comando de la delincuencia organizada.
En tanto, 24 horas antes de esos hechos, un filtro de seguridad fue atacado y cuatro inocentes terminaron heridos.
Una semana antes, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se sumaron a la Secretaría de Seguridad Pública para reforzar las labores de patrullaje.
Ahora la historia se repite; sin embargo, en este caso el gobernador en turno, Jaime Rodríguez, fue el que recibió la renuncia del procurador Roberto Flores.
En Nuevo León las ejecuciones siguen a la alza debido a los reacomodos de los grupos del crimen organizado, según manifestó el vocero de Seguridad, Aldo Fasci Zuazua.
Entre las víctimas de homicidio de este mes destacan un policía de Apodaca; así como dos fiscales: uno de ellos fue asesinado afuera de su casa, en Guadalupe, y otro de la PGR acribillado a bordo de la camioneta en la que viajaba junto a su esposa.