Hasta un 30 por ciento de las víctimas de violencia familiar –mujeres en su mayoría– termina por desarrollar padecimientos mentales.
Al menos en San Pedro Garza García, la tercera parte de los casos es referida a médicos psiquiatras, principalmente por cuadros clínicos de depresión y ansiedad, reveló Mónica Estrada, coordinadora del Centro de Atención Psicológica del DIF Municipal.
En entrevista, la experta manifestó que el principal tipo de violencia que se atiende es la psicológica, que cuenta con mayor incidencia. Al menos el 52 por ciento de las víctimas la ha sufrido.
En segundo lugar se encuentra la violencia física, con el 23 por ciento, y le sigue la económica, que concentra el 20 por ciento de la cifra total.
Sin embargo, cada caso engloba más de un tipo de violencia.
“La violencia económica siempre está acompañada de otro tipo de maltrato, por lo regular es lo emocional”, precisó.
Estrada señaló que de las mujeres que acuden a pedir ayuda, el 70 por ciento es proveniente de sectores de clase media o baja, pero el 30 por ciento, con un nivel socioeconómico privilegiado, también busca asesoría en el DIF debido a la falta de dinero por cuestiones relacionadas a la violencia económica.
No obstante, hizo énfasis en que el maltrato financiero y patrimonial es difícil de identificar.
“Las mujeres no lo identifican como violencia. Se dan cuenta cuando las empiezan a condicionar, utilizan el dinero o alguna propiedad (...); les empiezan a restringir el gasto”, dijo.
Además, destacó que es muy frecuente que aquella persona que es víctima de violencia familiar, lo sea también fuera del núcleo. Es decir, una mujer que sufre maltrato en su casa tiene altas probabilidades de que también lo padezca en otros ámbitos, como el laboral.
“Quien sufre estas problemáticas fuera del contexto familiar, y las tolera, las permite, es porque posiblemente también lo vive dentro de su familia.
“De alguna manera está relacionado, porque no tiene la suficiente fortaleza para enfrentar la situación y se repiten las conductas en el exterior. Y esto es cuestión de género”, indicó.
Para ello, tanto las víctimas como los agresores son atendidos por igual en el CAP.
En el caso de los hombres, existe un programa llamado Modelos de reeducación y reflexión, en el cual reciben orientación para cambiar los comportamientos misóginos y asimilar nuevas masculinidades.
“Se ve el aspecto social de cómo nos educaron a los hombres y a las mujeres. Es un grupo manejado por hombres y para hombres”.
El Centro de Atención Psicológica de San Pedro se localiza en la calle Francisco Villa número 133, en la colonia Jesús M. Garza. En el lugar se brinda apoyo psicológico, asistencia legal y social, así como consultas de psiquiatría.