La Cineteca Nacional proyectará su mayor retrospectiva de Wim Wenders hasta hoy, con una selección de 19 largometrajes y tres cortos, incluidos "París, Texas" y "Las alas del deseo", restaurados todos ellos, varios fruto de su colaboración con el escritor y premio Nobel de Literatura 2019 Peter Hanke.
“Será una oportunidad única para ver en pantalla grande las películas más importantes de uno de los mayores directores alemanes”, adelantó a Milenio Nelson Carro, director de Difusión y Programación, quien lamentó que en esta ocasión no se pudo invitar a Wim Wenders, representante de la segunda ola del Nuevo Cine Alemán junto con Rainer Werner Fassbinder, Werner Herzog y Volker Schlöndorff.
Tampoco habrá exposición sobre el cineasta, pero sí un libro del editor y guionista Salvador Amores en la colección que lanzó Carro para las retrospectivas de Cineteca Nacional, a cargo de la editora Mónica Corona Quiñones, autora también del anterior título: Jean-Luc Godard y la revolución permanente.
El ciclo de Wenders (Düsseldorf, 1945), con dos corridas por filme, tendrá lugar del 8 al 26 de octubre en sala 2, una de las más grandes de Cineteca Nacional Xoco, para poder albergar a un mayor público.
La retrospectiva de Wenders se suma a las ya realizadas en los últimos años a directores como Agnieszka Holland, quien vino a su muestra en mayo y recibió la Medalla Cineteca, la primera cineasta mujer en tenerla; Luchino Visconti, Akira Kurosawa, Lars von Trier, Nicholas Ray o Jean-Luc Godard.
Se programó en el contexto del 80 aniversario del cineasta, que festejó el 14 de agosto pasado, y que antes tuvo sendas retrospectivas completas de su filmografía y exposiciones en Berlín y Bonn. Varias veces ganador de Palmas de Oro en Cannes, su más reciente película, Días perfectos (2023), sobre la vida de un limpiador de baños en Japón, también fue reconocida en el festival con el premio del Jurado Ecuménico, premio a Mejor actor para Kōji Yakusho y fue nominada así mismo a la Palma de Oro.
Incluye ficción y documental: El miedo del portero ante el penalty (1972), primera colaboración con el a la postre Nobel de Literatura 2019 Peter Handke; Alicia en las ciudades (1974), Falso movimiento (1975), En el transcurso del tiempo (1976), El amigo americano (1977), Relámpagos sobre el agua (1980), Habitación 666 (1982), El estado de las cosas (1982), París, Texas (1984), Tokio-Ga (1985), Las alas del deseo (1987), Apuntes sobre ciudades y vestimentas (1989), Hasta el fin del mundo (1991), con banda sonora de U2; Historia de Lisboa (1994), Los hermanos Skladanowsky (1995), Buenavista Social Club (1999), El hotel del millón de dólares (2000) y No llames a la puerta (2005).

Se proyectarán los cortos El mismo jugador tira de nuevo (1968), Regreso a la ciudad plateada (1969) y Ángulo inverso: una carta de Nueva York (1985). Y el filme La mujer zurda (1974), de Handke, quien colaboró con Wenders en Der Himmel über Berlin (Las alas del deseo) y escribió el guion de Falsche Bewegung (Falso movimiento). De Handke, Wenders adaptó su novela Die Angst des Tormanns beim Elfmeter (El miedo del portero al penalty) y su obra de teatro Los hermosos días de Aranjuez (2016).
“Como siempre, la retrospectiva se proyectará en orden cronológico desde los inicios de Wenders, con copias restauradas por la Fundación Wim Wenders, acompañadas todas con textos donde se explican a detalle todos los pormenores de la restauración: cómo estaba el negativo original, qué rayas tenía, cómo estaba el sonido, cómo se recuperó”, dijo Carro en entrevista sobre la retrospectiva del maestro aleman.
Puso de ejemplo el caso curioso de El miedo del portero ante el penalty cuya música Wenders la tomó de radio y rockolas, y no tenía ningún tipo de derechos cuando la grabó; entonces, se trató de conseguir los derechos y, en los casos en que no se pudo, se cambió por otra música de la época, del mismo estilo.
De hecho, Wenders, como Stanley Kubrick, Andrei Tarkovski, Francis Ford-Coppola, Martin Scorsese, Emir Kusturica, entre muchos otros, es un maestro de las bandas sonoras. Nomás hay que recordar que su primer largometraje Summer in the City (1971), está dedicado a la banda inglesa de rock The Kinks.
Y su más reciente película, Días perfectos, tiene una de los soundtracks más rockeros y bluseras de su filmografía, con música de: The Animals, The Velvet Underground, Patti Smith, Lou Reed, Van Morrison, The Rolling Stones, The Kinks, Nina Simone y Otis Reading, además de músicos japoneses.
“Esta retrospectiva es un trabajo de puesta al día de todas las películas incluidas en las mejores condiciones posibles”, añadió Carro, que reconoció que era imposible la muestra completa de Wenders.
Y recordó que Wenders es uno de los grandes nombres del cine alemán, que lo renovaron en los 70.
“Wenders sin duda fue uno de los nombres clave del Nuevo Cine Alemán, gran movimiento que incluye al mismo nivel a Herzog, a Fassbinder, a Schlöndorff y quizás a Margarethe von Trotta, pero que incluyó a una enorme cantidad de nombres que modificaron y renovaron totalmente la cara del cine alemán, que, no había tenido una cara destacada desde las épocas del expresionismo, salvo casos excepcionales. Y en los años sesenta esa generación va a modificar totalmente la cara del cine alemán”.
¿Cómo influyó la Nouvelle Vague y Godard, en particular, en el Nuevo Cine Alemán y en Wenders, en específico, quien empezó con un cine muy radical en los 60 y en los noventa cambió?
Obviamente hay una influencia porque, en realidad, es un poco posterior a las nuevas olas de los sesenta y en este cine alemán hay una primera ola a principios de los 60, que no tiene una trascendencia tan grande, en la que el más destacado fue Alexander Kluge. Pero después a este movimiento se suman todos estos directores que eran bastante más jóvenes y son los que le dan realmente esa cara al cine alemán. Evidentemente, hay influencias de las nuevas olas, sobre todo en la idea de hacer cine de autor al margen de todas las cuestiones comerciales de producción, una característica en el cine alemán incluso mucho más radical que en la mayor parte de la Nueva Ola francesa, que muy rápidamente se convirtió en el cine francés industrial, porque filmaban barato, rápido y muy pronto desplazó otro cine.
¿En qué forma se desarrolló entonces el cine de Wenders?
Antes de los 60 casi no había un cine alemán, y este cine tuvo un gran apoyo de la televisión, se hizo muy barato. Las primeras películas, efectivamente, son muy radicales y muy baratas, las de Herzog, las de Fassbinder y las de Wenders. Y ganaron rápidamente muchos premios. Era un cine relativamente fácil de producir. En Wenders, lo que había era ya desde el principio una gran influencia de Hollywood. Cuando empiezan todos estos jóvenes, su identidad alemana prácticamente no existía, porque el pasado reciente estaba todo borrado. No es casual que el cine de Herzog se refiera sobre todo al cine alemán de la época muda, todas sus relaciones son con el expresionismo. Y, en el caso de Wenders y de Fassbinder, hay una relación muy diferente, pero en ambos muy notable con el cine estadounidense. En Fassbinder la influencia fue, sobre todo, de Douglas Sirk, alemán emigrado a EU, con el melodrama. Y, en el caso de Wenders, por un lado, fundamentalmente a través de la música estadounidense, que es notable en todas sus películas. Pero, también, con un género que trabaja a lo largo de toda su cinematografía, un género casi incomprensible en el contexto europeo: el road movie.
Hay un factor muy relevante en el cine de Wenders, su admiración y colaboración con Peter Handke, quien medio siglo después de El miedo del portero al penalty gana el Nobel de Literatura.
Peter Handke es fundamental en el cine de Wenders, porque finalmente es una literatura también de ruptura, que se relaciona muy directamente con estas búsquedas de la primera época del cine alemán. Y no es casual que Wenders esté detrás de La mujer zurda, una novela de 1976 de Hanke que dirigió Hanke en película en 1978. Sin duda, la búsqueda es exactamente la misma.
¿Cree que la popularidad de Wenders se suscitó hasta París, Texas y Las alas del deseo?
Su primera película que tuvo distribución internacional y que en México llegó de manera normal y no a través del Goethe-Institut ---porque todo ese cine alemán se vio en América Latina gracias al Goethe-Institut ya que no llegaba a salas comerciales--- fue El amigo americano, un filme mucho más grande, adaptación de la novela de Patricia Highsmith, con un reparto internacional. Esa es la película que le abre las puertas del público internacional a Wenders. Y después, por supuesto, París, Texas.
París, Texas, justo es otro road movie.
Sí, exacto. Y en el transcurso del tiempo es otro road movie. Incluso Historia de Lisboa parte como road movie. Me parece que con El amigo americano y París, Texas Wenders da el giro, el paso a un cine de muchas mayores ambiciones económicas.
¿Qué pasa en los 90 y las décadas posteriores con Wenders, que da otro giro y realiza documentales o ficciones basados en música o danza?
Efectivamente, en Wenders hay una recuperación musical que se da, sobre todo, en las películas que citas. Pero también la hay en todas sus bandas sonoras. Es algo que siempre lo marcó. Y también son constantes las referencias cinematográficas. La cantidad de sus filmes que se refieren al cine es notable.
Sobre su primera etapa, usted mencionaba la influencia de Hollywood, me parece que el uso del blanco y negro también tenía que ver con el western, no sólo con los clásicos alemanes.
Sí, sin duda. Hay una película, que lamentablemente no está en este retrospectiva, Hammett (El hombre de Chinatown, 1982), que es clave y un parteaguas. En ella Wenders sufrió en carne propia el problema de la relación autor-productor, teniendo como productor nada menos que a Francis Ford Coppola (quien la terminó). Fue una película terrible en cuanto a toda la producción, estuvo suspendida, parada, a la mitad. Y Wenders se fue a filmar El estado de las cosas, que es un filme mucho más pequeño, totalmente autobiográfico, sobre un cineasta al que su productor lo deja colgado.
También creó personajes icónicos en sus filmes con actrices como Nastassja Kinski, en París, Texas; su primera esposa Solveig Dommartin en Las alas del deseo, Hasta el fin del mundo y ¡Tan lejos tan cerca!; la cantante Teresa Salgueiro en Historia de Lisboa o la misma Pina Bausch.
Muchas de sus películas giran en torno a mujeres, incluso en El miedo del portero ante el penalti, la mujer tiene un papel bien importante (con Kai Fischer y Erika Pluhar). Y ni hablar en Paris, Texas. Sí, sin duda es un cineasta que en buena parte de sus películas hizo retratos femeninos muy recordables.
Ante esta retrospectiva, ¿quién es Wenders para usted?
Es uno de los cineastas importantes de los últimos 50 años quizás. Digo, su obra última no tiene el mismo nivel que tenían sus películas de los 80. También es cierto que ha filmado mucho, mucho, y que no todo siempre puede tener el mismo nivel. Pina sí es una película que ocupa un lugar destacado. Esta retrospectiva puede echarnos luz sobre este cineasta que no te voy a decir que es un desconocido, pero cuando se habla de él se piensa fundamentalmente en Las alas del deseo, en París, Texas. Pero cuando uno ve incluso documentales como Tokio-Ga, sobre Ozu, o Apuntes sobre ciudades y vestimentas, compruebas que es un cineasta que ha hecho cosas muy diferentes y con un gran nivel. Que de repente descubrió el nuevo documental a partir de Ángulo inverso: una carta de Nueva York y se puso a hacer una serie de documentales; después descubrió los documentales musicales. Es un gran cineasta que, por lo menos, tiene 20 películas de gran calidad, todas estas películas que incluimos en la retrospectiva.
A partir de su relación con Hanke y la obra de éste, ¿ve en Wenders un cineasta existencial?
Sin duda. La mayor parte de sus personajes están buscando su lugar en el mundo, incluso, en muchos casos, saliéndose del mundo, como en París, Texas, o en Historia de Lisboa. Siempre hay personajes que tratan de encontrarse a sí mismos, empezando por el de El miedo del portero al penalti, que huye.
OAGP