Cuarenta artistas enescena dieron vida a la versión de Cirque Du Soleil de la historia de Avatar, del cineasta James Cameron; 7mil 500 personas asistieron ala primera función de Toruk,realizada anoche en la Arena VFG, escrito y dirigido por Michel Lemieux y Victor Pilon.
Las criaturas del mundo dePandora fueron representadaspor 16 titiriteros, los Viperwolves y los Direhorses dieron supaso de la pantalla grande al escenario, mientras que otras como a los Austrapedes y lo sTurtapedes los vimos por primera vez, ya que fueron creados para el espectáculo.
El Toruk es enorme, cerca de12 metros, con 115 vestuarios en el show y 40 proyectores de video se utilizaron para crear Pandora.
A diferencia de otros espectáculos de Cirque Du Soleil este se enfocó mucho en la historia, cada acción tenía repercusión en la trama y fue el trabajo visual de cada momento lo que le hizo especial.
Tres héroes destinados a cazar a Toruk, quienes viajaron pordiversas locaciones conociendoa diferentes clanes de Pandora.
La danza fue uno de los elementos principales y los momentos que recibieron más aplausos por parte del público, con énfasis en la danza aérea. Demostrando la fuerza en los brazos y en las piernas, proezas que se robaron aplausos de los asistentes al ejecutarlas con precisión. Y esa danza se convertía en unlenguaje, reforzaba la acción.
La enorme estructura servía como lienzo en donde nos llevaban a las diversas poblaciones de Pandora por medio de proyecciones.Frente a nuestros ojosel escenario se transformaba de vez en vez con detalles como la vegetación del lugar.
Pasábamos de un bosque a un río, de curiosos habitantes con momentos llenos de luz y color,al peligro cuando acechaba el Toruk. Las semillas flotantes y el árbol de luz fueron algunos de los detalles más cautivadores,además de aquel momento enque una sacerdotisa cantó entre el público.
El fondo del escenario era una enorme estructura que hacía las veces de montaña como de caverna. Los animales del lugar a manera de títeres fueron otrosde los elementos curiosos quedieron vida al show.
Los vestuarios merecen otra mención, los habitantes de Pandora eran únicos entrecada uno, con elementos queresaltaban sus personalidadesy los hacían reconocibles desdeel primer instante.
La audiencia siempre fuerespetuosa, atenta y desbordabaen aplausos entre pausas.La mayoría de los asistentes fueron familias completas,desde el abuelo hasta el nieto.Además existe una aplicación para descargar e interactuar con el espectaculo. En cada visita, el Cirque Du Soleil nos deja sorprendidos y esta no es la excepción, el talento físico de sus artistas, y un trabajo visual detallado.
SRN
