El tercer episodio de 'It: Bienvenidos a Derry' llega para entrelazar el miedo con el misterio. Titulado “Now You See It”, el capítulo mezcla el terror psicológico con los secretos militares que se esconden bajo el suelo del pueblo.
Mientras el General Shaw continúa obsesionado con su misión secreta, el episodio deja ver que el ejército podría estar involucrado en algo más oscuro que simples experimentos.
Un hallazgo misterioso desencadena una frenética búsqueda aérea y nuevas excavaciones, marcando un punto de no retorno para Derry: lo que están cazando —o conteniendo— no parece ser humano.
Atención: Esta nota contiene spoilers de It: Bienvenidos a Derry
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¿Qué pasa en el capítulo 3? Derry siempre lo supo
El capítulo 3 de 'Welcome to Derry' inicia con un inquietante flashback, mucho antes de los sucesos actuales.
En una especie de circo antiguo, un niño se encuentra con su padre. Ambos recorren las atracciones, cuando de pronto una de ellas llama la atención del pequeño.
Dentro del espectáculo se nota una clara referencia a Pennywise, con luces y ojos brillantes que se asemejan a los deadlights del payaso. Una voz lo invita: “Hola, niño, acércate”, y todo adquiere un aire cada vez más siniestro. Antes de que algo ocurra, su padre logra intervenir y alejarlo del lugar.
Mientras viajan por la carretera, el padre le entrega una resortera que perteneció a su madre, advirtiéndole que la cuide. Esta resortera más adelante cobra un papel importante, pues simboliza el hilo que conecta pasado y presente.
Tiempo después, Francis —el niño— le regala la resortera a una niña nativa americana llamada Rose. La amistad entre ambos parece inocente, hasta que Francis se interna en el bosque, ignorando las advertencias de la niña.
Allí ocurre uno de los primeros ataques de Pennywise en el episodio: una figura monstruosa con rostro de calavera aparece entre la niebla. Justo cuando parece que Francis va a morir, la niña interviene y lo salva. En ese momento se sugiere que ella ya sabía lo que habitaba en Derry desde hace mucho tiempo.
La historia avanza al presente. Lily, afectada por la muerte de su padre y todo lo que ha vivido, vuelve al psiquiatra donde estuvo internada.
En esta escena se despide de una amiga que hizo allí y le cuenta cómo Derry sigue hundiéndose en el horror: varios de sus amigos han muerto y el padre de Ronny fue encarcelado, acusado del asesinato ocurrido en el cine.
Este momento deja claro que el racismo sigue siendo una herida profunda en el pueblo, ya que todo el juicio contra el padre de Ronny está marcado por prejuicios y discriminación.
Mientras tanto, vemos una intensa discusión entre el sheriff y el padre de Ronny, donde se refuerza esa tensión social que siempre ha acompañado a Derry.
Luego de ello, Lily y Ronny se reencuentran y logran reconectar. Entre ambos surge un plan: capturar en fotografías a Pennywise durante uno de sus ataques, para probar que el verdadero responsable de las muertes no es el padre de Ronny, sino algo mucho más oscuro.
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Aquí entran también Will (el hijo del Capitán Lenroy) y Rich, quienes se unen a Lily y Ronny.
Los cuatro deciden ir al cementerio para intentar invocar a Matty, el amigo perdido. Lo que empieza como un intento por contactar con el más allá se convierte en una experiencia aterradora. Sombras y figuras espectrales comienzan a rodearlos, hasta que un grupo de fantasmas parece perseguirlos.
Es una escena llena de tensión, con ecos del Pennywise que acecha detrás de todo.
Lily, Ronny, Will y Richie logran captar varias fotos durante su encuentro en el cementerio. Más tarde, cuando las revelan, descubren algo que los deja paralizados: en una de las imágenes aparece una figura deformada, con una sonrisa casi humana y los ojos amarillos brillando en la oscuridad.
Esa foto se convierte en la primera prueba tangible de que Pennywise sigue vivo... y de que Derry jamás se libró de su maldición.
La subtrama: El gobierno y los experimentos en Derry
En otro punto de la trama, el gobierno entra en acción. Tienen bajo su control al Capitán Lenroy y a Dick Halloran, quien posee habilidades psíquicas. En una secuencia impresionante, ambos sobrevuelan los bosques de Derry —donde se sospecha que está la guarida de Pennywise— y Halloran usa sus poderes para entrar en una especie de trance.
Su mente es arrastrada a las cloacas, donde siempre se ha dicho que habita el payaso. Allí, Dick ve los ojos amarillos y reconoce el terror puro de Pennywise. Entre las visiones, aparecen imágenes de guerra, dando a entender que Pennywise podría haber estado detrás de tragedias humanas desde hace generaciones.
Antes de que pueda ser atrapado por el ente, Lenroy logra traerlo de vuelta a la realidad, salvándolo por segundos.
Paralelamente, se nos muestra una reunión entre el pueblo y los nativos americanos, donde se confirma que los nativos siempre supieron de la existencia del ser que atormenta Derry.
Ellos conocen su naturaleza y también son conscientes de los experimentos y secretos que el gobierno intenta ocultar.
¿Qué significa el final?
Este tercer episodio de 'Welcome to Derry' marca un punto de inflexión en la serie: el pasado y el presente finalmente se entrelazan.
Ya no se trata solo de apariciones o sustos aislados, sino de entender que el mal en Derry está tejido en su historia, en su tierra y en su gente.
El capítulo revela que Pennywise no es solo una criatura, sino una fuerza que se alimenta del dolor heredado: del racismo, la culpa y la negación colectiva.
La resortera, la reunión tribal y la fotografía final simbolizan que el ciclo está por romperse, pero también que mirar de frente a la oscuridad tiene un precio.
