El capítulo 5 de It: Welcome to Derry ha sido el punto de inflexión que los fans esperaban.
El episodio lleva las dos tramas principales, la de los militares y la de los niños, a un punto de colisión mortal, demostrando que en el laberinto subterráneo, el único gobernante es Pennywise.
La criatura utiliza el dolor, el trauma y la culpa para desmantelar a sus enemigos, en un episodio que cierra con una poderosa revelación sobre el único objeto capaz de frenarlo.
Militares vs Pennywise: La trampa psicológica en las cloacas
El episodio 5 arranca con el operativo militar más arriesgado hasta ahora. Hanlon, Dick Halloran y el equipo completo se adentran en las cloacas siguiendo las instrucciones que obtuvieron del nativo americano en el capítulo anterior: ahí es donde Pennywise despierta, se alimenta y domina todo Derry.
Llevan consigo la daga forjada con los fragmentos del meteorito, el único objeto capaz de debilitar al ente. Pero desde que pisan el túnel principal, queda claro que han entrado directamente en el terreno del monstruo.
Pennywise comienza a atacarlos con lo que mejor sabe hacer: romper la mente. En cuanto Dick Halloran cruza la primera bifurcación, queda atrapado en una visión que lo obliga a revivir los maltratos que presenció en su infancia, cuando su padre golpeaba a su madre.
La criatura usa ese dolor como un anzuelo emocional, aislándolo del resto y debilitándolo antes de atacarlo de verdad. Por otro lado, Hanlon y los demás militares continúan avanzando sin darse cuenta de que ya están divididos y vulnerables.
Pennywise finalmente juega con su percepción: distorsiona la realidad al punto de hacerle creer a Hanlon que uno de sus compañeros es en realidad la criatura.
En medio del caos y el miedo, Hanlon apuñala a su amigo, creyendo que está matando al monstruo, pero no. Es ahí donde la serie deja claro que en las cloacas no se lucha contra Pennywise: se lucha contra uno mismo.
El episodio subraya cómo el ente manipula la culpa, el trauma y el instinto militar de "disparar primero y preguntar después", llevando a Hanlon a un error irreparable.
El único objeto que puede frenar a Pennywise
Mientras los militares libran su propia batalla, los niños —Ronnie, Will, Richie y Lily— también entran a las cloacas sin saber que ahí abajo el ejército ya está siendo masacrado psicológicamente.
Los niños buscan respuestas sobre lo que han visto, las desapariciones y las visiones, pero terminan encontrando lo mismo que todos en Derry: horror.
Pennywise los ataca directamente, separándolos para debilitarlos. Lily es aislada del grupo, atrapada en un espacio donde la criatura por fin la tiene frente a frente.
Parece que va a matarla, pero ocurre el primer gran indicio del episodio: la daga funciona. Lily encuentra la daga bajo las aguas negras tras habérseles caído a los militares y, cuando Pennywise se acerca, los grabados rústicos de la hoja se iluminan con una luz que el monstruo no puede atravesar.
Esa reacción no solo salva a Lily, sino que confirma algo que los nativos sospechaban desde hace generaciones: la daga es auténtica, es poderosa y sí puede herir o frenar a Pennywise.
Los niños, confundidos y aterrorizados, logran reencontrarse mientras escuchan ecos de los gritos militares, lo que sugiere que las dos tramas están a segundos de cruzarse, aunque el episodio corta justo antes de mostrar qué tan cerca están de un choque fatal.
Lo que revela el final: pistas y reorías para los próximos episodios
El Capítulo 5 es el episodio que une por primera vez todos los caminos narrativos: los militares, los niños, la daga, las profecías nativas y el origen cósmico de la criatura.
Todo se junta en un mismo lugar: las cloacas donde Pennywise gobierna desde hace siglos, preparando el escenario para una confrontación total en el siguiente tramo de la temporada.
Un detalle que no puede pasarse por alto: el compañero de Hanlon, quien aparentemente muere víctima de la manipulación de Pennywise, aparece al final saliendo de las cloacas con un aspecto como de zombie.
Esto deja un misterio abierto que probablemente se explorará en el capítulo 6, manteniendo a los fans al borde del asiento y confirmando que en Derry nada es lo que parece.