Jay de la Cueva es un músico mexicano reconocido por su variedad de proyectos musicales, que han ido desde Moderatto hasta Titán, sin olvidar a Fobia, The Guapos y Molotov. Esto da muestra de gran constancia y disciplina, aspectos que desarrolló desde joven.
En su reciente visita al podcast cómico La Cotorrisa, el artista de 47 años compartió detalles de este enfoque certero en su trabajo, que fue motivado por un mal ejemplo que vio en casa: el de su padre, Javier de la Cueva, pionero del rock nacional que vivió una época de excesos... que su hijo no quiso repetir.
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¿Cómo fue para Jay de la Cueva crecer con su padre?
En los primeros minutos del podcast, que conducen Ricardo Pérez y Slobotzky, Jay reconoció que por ser un rockero famoso "siempre he tenido mala reputación".
A partir de esto, se abrió a contar un aspecto familiar: "Mi papá sí salió bien reventadote, entonces padecí el rock and roll de mi jefe, que hasta la fecha está dosificado, lo maneja mejor, pero sí le dio duro a la fiesta. Padecí eso desde morro".
Esto provocó que, a diferencia de su padre y hermanos, eligiera un camino de vida alejado de los vicios: "Varios hijos de mi papá que eran reventados se fueron por el camino de la fiesta y yo todo lo contrario, fui bastante juicioso".
"De todos mis amigos soy el consentido cuando estamos de gira porque las drogas me caen a mí: siempre llegan y me dejan algo en el hotel, estás tocando y cae una bolsa. A los que son consumidores les hacemos su donación", reveló.
"Hubo drogas en mi casa siempre"
Slobotzky tomó la palabra y le preguntó al cantante: "¿Te ha tocado ver conectes y desmadres desde tu perspectiva de sobrio?".
"He sido afortunado porque en cuerpo ajeno he podido ver cosas muy desafortunadas", respondió De la Cueva.
Retomó el caso de su padre, Javier: "Creo que teniendo un talento increíble... consideraría que podría ser un Jerry Lee Lewis mexicano, un pianista de rock increíble. Admiro su talento y musicalidad, pero no admiré nada la forma de llevar su vida, se destruyó mi hogar".
Jay de la Cueva hizo una confesión que causó sorpresa entre los conductores de La Cotorrisa: "La verdad, hubo drogas en mi casa siempre, mi papá estaba siempre pacheco... sigue siendo consumidor".
Este mal ejemplo de su progenitor influyó en que Jay sea más enfocado y distante de las distracciones presentes en su carrera artistica: "Me sirvió eso y un montón de colegas que le dieron duro a la parranda".
hc
