El dramaturgo ganador del Pulitzer Edward Albee, cuya provocativa y brutal mirada a la vida estadunidense en obras como ¿Quién le teme a Virginia Woolf? le valió la reputación de uno de los mejores en su campo, murió ayer en su hogar en Montauk, Nueva York, según reportes de prensa.
Albee, quien tenía 88 años, dijo una vez al Paris Review que a los seis años decidió que sería un escritor, pero que se dedicó a la dramaturgia luego de que determinó que no era muy buen poeta o novelista. Sus obras eventualmente lo ubicarían entre los grandes del teatro estadunidense como Tennessee Williams, Arthur Miller y Eugene O’Neill.
Albee describió a los dramaturgos como “alguien que muestra sus tripas en el escenario”, y las entrañas de sus propias obras incluyen una furia poderosa al explorar temas como la alienación, el resentimiento y el lado sombrío de la vida.
Su cáustico drama ¿Quién le teme a Virginia Woolf? impactó a las audiencias cuando fue estrenado en Broadway en 1962 y después ganó un premio Tony como Mejor Obra. Tuvo dos exitosas reposiciones en Broadway y fue llevado al cine en 1966 en una película protagonizada por Elizabeth Taylor, Richard Burton y Sandy Dennis.
Aunque la versión teatral fue escogida por el jurado del Premio Pulitzer en 1963, el comité asesor del galardón revocó la decisión debido a la naturaleza controvertida de la obra.
Ese año no consiguió el reconocimiento, pero Albee obtuvo el Pulitzer en 1967 por Un equilibrio delicado, en 1975 por Seascape y en 1994 por Tres mujeres altas.
“Es solo un capricho del cerebro lo que hace a uno dramaturgo”, dijo Albee en 2008.
“Tengo las mismas experiencias que hace todo el mundo, pero... me siento en la necesidad de escribir una gran cantidad de lo que me pasa, mucho de lo que pienso, en un juego”, destacó.
Elogios para el dramaturgo vinieron de muy lejos en Twitter, después de su muerte.
Mia Farrow, que estaba en una lectura dramatizada de ¿Quién teme a Virginia Woolf?, expresó que Albee fue “uno de los grandes” autores “de nuestro tiempo”.
Michael McKean escribió: “Había un solo Edward Albee #Irremplazable”.
La dramaturga Lynn Nottage escribió: “Voy a extrañar su ingenio, irreverencia y sabiduría. Él animó la escena teatral”.
Tres mujeres altas, le dio su tercer premio Pulitzer. Luego de A Delicate Balance (1967) y Marina (1975).
Muchas de sus producciones después de Marina fueron criticadas por la prensa como un engaño intrascendente, una sombra de sus obras anteriores. Pero después de Tres mujeres altas, pudo “exorcizar los demonios”, para seguir con varias producciones entre las que destacan, La obra de teatro sobre el bebé y La cabra o ¿Quién es Sylvia?, lo que le valió su segundo Tony a la mejor obra en 2002.
Albee nació en 1928 y fue adoptado por una pareja de los suburbios ricos de Nueva York.
SU OBRA EN MÉXICO
Actrices tan importantes como Sylvia Pasquel y Blanca Guerra han interpretado papeles en sus puestas en escena en México.
En 1992, la hija de Silvia Pinal encabezó su obra, en uno de sus papeles más importantes, luego de su protagónico en Claudia, me quieren volver loca.
En 2014, Blanca Guerra también tomó parte en la obra de Albee junto a Álvaro Guerrero y Sergio Bonilla, en el Foro Cultural Chapultepec.
Además, otra de sus grandes obras En casa en el Zoo se presentó en junio pasado en el Foro Shakespeare, de la mano de Bruno y Odiseo Bichir.