La vida de la actriz Manola Diez se partió en dos durante unas vacaciones familiares en 2012, cuando un accidente con su hijo, Max López Díez, terminó en una tragedia permanente.
Este doloroso suceso, revivido recientemente por la actriz, revela una historia de profundo drama maternal, el cual tuvo consecuencias irreversibles para el entonces pequeño de sólo seis años; esto fue lo que le pasó al entonces menor.
¿Qué le pasó al hijo de Manola Diez?
El incidente, ocurrido mientras Max disfrutaba de unas vacaciones en Cancún, encontró a Diez en la Ciudad de México finalizando sus compromisos laborales en una telenovela.
Según el relato de la propia Manola Diez, el origen de la tragedia fue una acción simple e inesperada. El pequeño Max, nacido en 2006 y actualmente de 19 años, intentó abrir una gelatina. Al no poder hacerlo con sus manos, tomó un cuchillo de madera para aplicar más fuerza.
Lamentablemente, el intento resultó en un impacto devastador: el cuchillo se incrustó en el ojo de Max, provocando una lesión profunda e irreversible. A pesar de los esfuerzos médicos por salvar el globo ocular, el niño perdió la visión de forma permanente.
La actriz, reconocida por su participación en realities televisivos, ha compartido el momento más crudo de la experiencia, el cual resalta la fuerza emocional de su hijo.

La respuesta de su hijo tras perder el ojo
Al regresar a Cancún e intentar mantener la compostura frente a su hijo herido, Manola Diez fue confrontada con la impactante madurez de Max. El niño no sólo le explicó lo ocurrido, sino que le narró la crudeza del momento con una frase demoledora: “Yo me lo saqué solo, me quedé con el ojo en mi mano”.
El joven Max, pese a la traumática experiencia y el daño físico permanente, se convirtió en un ejemplo para su madre. La actriz ha destacado en diversas entrevistas que ante tal adversidad su hijo le repitió en múltiples ocasiones que “seguía siendo feliz” pese a todo.
La historia de Max López Díez se erige como un testimonio desgarrador sobre los accidentes caseros y la fuerza inquebrantable de un niño, un evento que marcó profundamente la vida personal de Manola Diez y la llevó a reevaluar por completo su carrera profesional.
KVS