La confirmación de Lolita Cortés como participante de La Granja VIP desató una ola de sorpresa entre el público. La artista mexicana había construido una sólida trayectoria únicamente como crítica y jueza implacable en diversos reality shows, ganándose el apodo de la “Juez de Hierro” en programas como La Academia.
Su ingreso, que la obligará a pasar de la comodidad de la crítica al trabajo físico del campo, representa un giro radical en su carrera televisiva.
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Su elección: el factor animal y la experiencia personal
En un video grabado y publicado estratégicamente, la propia cantante y actriz aclaró que su decisión se basó en dos motivos principales, que van más allá de lo económico.
En primer lugar, la producción la buscó sabiendo que la artista tiene un gran cariño por los animales:
"Me lo ofrecieron porque sabían que me encantan los animales. Dije: 'Sí, claro que quiero entrar a una granja, por supuesto que amo a los animales'", explicó.
Sin embargo, el motor principal fue el deseo de experimentar la competencia y el aislamiento que vivieron sus "alumnos" durante su larga trayectoria como jueza.
Cortés confesó que quería vivir en carne propia el encierro, el trabajo duro y el escrutinio público al que se someten los concursantes.
"Sería un momento súper padrísimo para mí poder vivir el reality que todos mis alumnos han vivido de alguna manera, no en una granja, pero estar encerrada, tener cada semana con un grupo de personas que te están criticando. Yo tenía que vivir lo que todos mis alumnos han vivido"
La artista fue la primera concursante en firmar contrato para el reality, pero la producción decidió mantener su participación en secreto, pidiéndole que fingiera ser solo una crítica del programa hasta el día del estreno.
Su ingreso generó de inmediato momentos de tensión, como cuando la actriz respondió con indiferencia a la entrada de su compañera Sandra Itzel.
La presencia de Lolita Cortés es vista por la cadena como la carta más fuerte del reality.
La dinámica de La Granja VIP: el futuro de la "Juez de Hierro"
La participación de Cortés no será en un set glamoroso. La Granja VIP, conducido por Adal Ramones, traslada a los participantes a un entorno rural donde deberán convivir, competir en pruebas de resistencia y ganarse su sustento con trabajo físico diario, que incluye cuidar animales, limpiar corrales y sembrar.
El formato, que ha tenido éxito en más de 50 países, busca el contraste entre la vida de celebridad y la realidad rural, lo que promete llevar al límite la paciencia de la "Juez de Hierro".
Con su entrada a La Granja VIP, Lolita Cortés se arriesga a suavizar o, por el contrario, a radicalizar su imagen pública, que ha dependido históricamente de la distancia y la objetividad de su rol como crítica.
La audiencia estará atenta a cómo el ambiente de convivencia forzada y trabajo duro transforma a la "Juez de Hierro", abriendo el debate sobre si este movimiento impulsará su carrera hacia nuevas facetas de la televisión o si simplemente se trata de una experiencia temporal que, aunque masiva, es ajena a su perfil teatral y crítico habitual.
