Espectáculos

El eterno retorno [Función Dominical]

Las tomas Star Wars, El despertar de la fuerza, traen a presencia películas de la Segunda Guerra Mundial.

Hacia el inicio de Star Wars, El despertar de la fuerza, Obi-Wan Kenobi lanza una frase proverbial: "Tenemos que poner orden en este desastre". El jedi se refiere a La Fuerza, claro, ese mito de raíces orientales que desarrolló George Lucas en 1977 y que basado en el libro El héroe de las mil mascaras, de Joseph Campbell, dio al cine hollywoodense uno de sus éxitos más sonados. Como sea, las palabras de Obi-Wan pueden ser leídas en forma textual. Se sabe que Lucas con sus secuelas y precuelas, formó tal desastre narrativo y estético que tuvo que venir un héroe del cine a revivir la franquicia. El elegido fue J.J. Abrams, maestro en el arte de la teleserie, pero digámoslo de una vez, su película El despertar de la fuerza tendrá éxito por la mercadotecnia, no porque de suyo despierte interés.

Y sin embargo, al principio, se mueve. Se oscurece la pantalla, escuchamos las fanfarrias de Williams, tiembla el asiento y un fanático grita allá atrás: ¡Wow! "Es posible", piensa uno, "que Abrams reviva esta serie a la que, digan lo que digan, le cayó la edad". Comienza el buen cine. Las tomas traen a presencia películas de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo Midway, de Jack Smight, filme que en 1976 enardeció la imaginación de los niños con batallas aéreas y marítimas y que un año después Lucas llevaría a La Guerra de las Galaxias. Pero Abrams no se detiene en el gran cine de guerra. Durante los primeros 15 minutos la imagen supera a Mad Max, al Alien original y en algún momento, incluso, al Blade Runner de Riddley Scott, pero los amantes de esta clase de cine saben que la imagen aquí no puede serlo todo. Cuando las referencias se dirigen a Lucas, la historia se vuelve aburrida y no hay nada que pueda ayudar a Abrams en la descomunal tarea de revivir la pasión que causó La Guerra de las Galaxias original. No son suficientes ni la simpatía de Harrison Ford ni la malévola galanura de Adam Driver. Pesa más el insoportable acento inglés de C3PO (más afeminado que nunca), la gordura de la Generala Lea y toda la desesperante sensación de que esta película ya la vimos. Sí. Sabemos exactamente qué va a pasar. La sinopsis de El despertar de la fuerza está calcada de La Guerra de las Galaxias de 1977. La única diferencia tal vez sea que La Estrella de la Muerte es más grandota. Y el problema no es tanto que en el colmo de la falta de imaginación hayan decidido repetir, una a una, escenas originales de George Lucas, sino que en esta repetición uno descubre que los personajes siguen siendo los mismos, pero el mundo no. Ha cambiado tanto la cultura desde 1977 que, a pesar de los efectos especiales, El despertar de la fuerza nació vieja. Que hay que verla... puede que sí. Lo dice la disciplina del buen cinéfilo y, sin embargo, yo que vi la primera película de esta serie al menos 12 veces lo digo francamente: no vale la pena pagar dos veces el boleto de El despertar de la fuerza para una función dominical.

Star Wars: el despertar de la fuerza (Star Wars: The Force Awakens). Dirección: J.J. Abrams. Guión: Lawrence Kasdan, J.J. Abrams y Michael Arndt basados en los personajes de George Lucas. Fotografía: Daniel Mindel. Con Harrison Ford, Mark Hamill, Carrie Fisher, Gwendoline Christie. Estados Unidos, 2015.

@fernandovzamora

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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