El aclamado filme portugués Diamantino llegó a las salas de cine mexicanas; Gabriel Abrantes y Daniel Schmidt dirigen una comedia romántica con tintes de fantasía, que no teme tocar temas actuales de manera surrealista, pasando por la crisis de refugiados, la diversidad sexual, el brexit, el tráfico genético y la idolatría al futbol.
“Pienso en los problemas que existen y que están en frente a nuestras caras diario, en cualquier periódico que lees; Daniel y yo realmente queríamos hacer una película que respondiera muy rápidamente a los eventos de hoy. Creo que todos esos elementos en la película son muy interesantes porque le dan un contexto a Diamantino, pero el corazón de la película es en realidad el personaje; creo que si hay algún mensaje político en la película, en realidad se trata más de él y de su apertura, de cuán abierto es, de su ambigüedad e ingenuidad, de cómo no tiene muchos prejuicios porque es muy amable”, dijo a M2.
La trama se centra en Diamantino (Carloto Cotta), el mejor jugador de futbol de su época hasta que su talento desaparece durante una final mundialista; con su carrera devastada, busca un nuevo sentido a su vida y la encuentra adoptando un refugiado. Este camino lo adentra en una terrible odisea, en la que se enfrentará al tráfico genético, la transexualidad, el neo-fascismo y la búsqueda de la perfección.
“Queríamos hacer un personaje idiota con un corazón de oro, así, conoces a una persona que es muy tonta, ingenua y muy sincera, con un corazón hermoso, que es abierto de muchas maneras. Lo interesante es que a Diamantino todo el mundo lo está manipulando, pero probablemente él es el más inteligente de todos de una manera que vas conociendo. Queríamos hacer una comedia romántica con el tipo de personaje loco y tonto, que se enamora de alguien que fingió ser un huérfano. Nos divertimos mucho con el personaje”, indicó.
Fue en 2010 cuando comenzaron a escribir el largometraje, que se llevó el Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes 2018; terminaron con seis versiones del guión; el último completamente diferente al primero, pasando de una simple celebridad que adopta a un niño a una historia que muestra sus alucinaciones con perros pekineses rodeados de humo rosa y un hipnotizante mar.
“Estamos felices, encantados y sorprendidos; pasaron cerca de ocho años antes de ir a un festival y ahora nueve años antes de que llegue a países como México. Fue un viaje extremadamente largo y, cuando estás trabajando en algo durante tanto tiempo, olvidas lo que estás haciendo y cuestionas mucho la línea, dudas de lo que la gente va a responder”, señaló.
Y añadió: “En Cannes nos dijeron que la película era la que corría más riesgos en la competencia, estábamos realmente muy contentos porque así es, es una película que tomó muchos riesgos, pero que también fue entretenido y emocionante, y que habla sobre cosas que son pertinentes hoy”.
El cineasta celebró la existencia de plataformas digitales, pues gracias al streaming el panorama está cambiando y se pueden hacer tanto películas comerciales como experimentales, que comienzan a encontrar cabida en más circuitos.
Finalmente, adelantó que escribe un guión con Daniel Schmidt para filmar en México el próximo año, así que pronto visitarán nuestro país; además, de forma individual, prepara otro que trabajará en Portugal en 2020.
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