La cifra habla sola. Primer lugar absoluto: 550 mil pesos más bonos por récord. Primer lugar en silla de ruedas: 61 mil. Un 11% del premio mayor. La brecha no necesita explicación, se mide en pesos y en dignidad.
El Maratón de la Ciudad de México llenó Reforma de corredores, medallas y aplausos. Pero en medio de la fiesta, Marco Antonio Caballero, ganador del segundo lugar en silla de ruedas, dejó caer una verdad incómoda: la desigualdad en los premios.
“No es posible que ganemos apenas el 10% de lo que recibe el primer lugar de personas convencionales. Somos atletas élite, de alto rendimiento”, soltó frente a cámaras y micrófonos. Su reclamo no fue berrinche: fue un espejo.
???? ¡Se fue con todo! Marco Antonio Caballero, segundo lugar de silla con ruedas, alzó la voz contra los baches de la capital, y que premian con más dinero a otros atletas. ????????????
— La Afición (@laaficion) August 31, 2025
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Liliana Suárez, presidenta del Comité Paralímpico Mexicano, respaldó la denuncia sin titubear:
“Creo que la manifestación de Marco es muy válida. Ellos se merecen igualdad y siempre hemos trabajado por buscarla. Ojalá esto haga eco”.
La dirigente reconoce que en Juegos Paralímpicos, Parapanamericanos o Paracentroamericanos los incentivos son equivalentes. Pero en maratones y carreras de calle, los atletas con discapacidad siguen siendo invitados de segunda.
“World Athletics regula todo para los convencionales. Apenas han abierto la puerta a personas con discapacidad, pero sin reglas claras. Una de mis propuestas es que esto se regule y se iguale. Hoy fue México, pero pasa en muchos países”. Declaro en exclusiva para Grupo Multimedios.
Mientras tanto, los contrastes son grotescos: fotos con cheques gigantes para los corredores convencionales, medallas sin cifra detrás para los paralímpicos. Y en México, con más de 20 millones de personas con discapacidad, menos del 2% de los eventos de calle ofrece premio económico para ellos.
“Más allá de un evento, lo que tenemos que trabajar es la cultura. Que México sea accesible, que no sea la excepción sino la regla”, dice Suárez.
El Maratón volvió a mostrar lo que muchos prefieren no ver: en la pista todos compiten hombro a hombro, pero en el podio la igualdad sigue siendo solo una palabra bonita en los discursos.
ZZM