Seis pilotos mexicanos han arrancado al menos un gran premio de la máxima categoría, y solo uno de ellos, Pedro Rodríguez de la Vega, cuenta con victorias, dos en total, obtenidas en el Gran Premio de Sudáfrica de 1967 y el de Bélgica de 1970.
¿Por qué el resto no ha podido repetir los logros de Pedro, quién además ganó las 24 Horas de Le Mans en la clasificación absoluta? Una dosis de mala suerte ha acompañado al resto de los competidores tricolores.
Ricardo Rodríguez de la Vega falleció justo cuando tenía un acuerdo para competir en Ferrari. El niño de oro perdió la vida en el primer Gran Premio de México disputado en 1962, fecha no puntuable para la Fórmula 1.
Moisés Solana disputó apenas ocho grandes premios, la mayoría en México y algunos en Estados Unidos, reuniendo poca experiencia, mientras que Héctor Rebaque tampoco contó con un monoplaza competitivo en las 58 carreras entre 1977 y 1981 en las que arrancó, aunque aun así logró tres cuartos lugares en la temporada 1981.
Esteban Gutiérrez disputó tres temporadas (2013-2014 y 2016) con equipos de media tabla, Sauber y Haas, con los cuales no tenía la posibilidad de pelear por los triunfos.
El caso de Sergio Pérez, actual mexicano en la parrilla de salida ha tenido una historia diferente. Si bien tuvo la oportunidad de competir en un equipo de punta con McLaren en 2013, entrando en sustitución de Lewis Hamilton, quien partió a Mercedes; el originario de Jalisco llegó a una escudería que ya no tenía las cualidades para ganar carreras o volver a ser campeones.
Tras una mala temporada con la casa de Woking, Pérez partió a Force India, ahora Racing Point, equipo de media tabla al que ha llevado a conseguir cinco podios, los únicos que esa casa puede presumir.