El mundo tiene un lugar especial para aquellos que se atreven a romper esquemas y rebasar límites.
Héroes que suelen dejar para siempre un sello especial en los escenarios de sus grandes batallas.
Pelé y Diego Armando Maradona convirtieron para siempre en sagrado el césped del Estadio Azteca. En el United Center de Chicago rondará hasta la eternidad el alma de Michael Jordan.
Y el Autódromo de los Hermanos Rodríguez quedó ya inmortalizado como el escenario donde Lewis Hamilton alcanzó el estatus de leyenda al concretar su cuarto y quinto título de la Fórmula 1.
En el Gran Premio de México de 2018 le bastó a Hamilton terminar en cuarto lugar para sellar por segunda ocasión consecutiva la corona en el trazado capitalino.
El piloto británico logró sus títulos cuarto y quinto en el circuito mexicano, en el 2017 y 2018, lo que le permitió empatar al argentino Juan Manuel Fangio y ponerse a dos del líder de todos los tiempos, el alemán Michael Schumacher.
La victoria quedó en manos del alemán de Red Bull, Max Verstappen, que aguantó los embates de Hamilton y Sebastian Vettel, de Ferrari, para ver la bandera a cuadros.
Verstappen logró su segunda victoria al hilo en el Gran Premio de México, con lo que se ganó el cariño del público azteca, aunque eclipsado en ambas ocasiones por la celebración del británico Hamilton.
PRIMERA MUJER EN CONDUCIR EN F1
El Gran Premio de México 2018 también pasó a la historia como la fecha del calendario donde Tatiana Calderón se convirtió en la primera mujer en conducir un auto de Fórmula 1, en la historia.
La colombiana, de 25 años de edad, recorrió durante alrededor de una hora el trazado capitalino a bordo de un auto de la escudería Alfa Romeo Sauber, dentro de un evento promocional.
“Ha sido increíble, ha sido un día muy especial estar en un auto de Fórmula Uno, la primera vez que aceleré parecía un videojuego de lo rápido que te pasa todo”, declaró con alegría Calderón, quien manejó un monoplaza Sauber C37.
La piloto colombiana, que en ese momento participaba en GP3, no escondió su sueño de que algún día no muy lejano pueda quedarse con un asiento en una de las escuderías del Gran Circo.