La velada taurina que se ofreció este sábado en la Plaza Alberto Balderas tuvo un marco esplendoroso para ver triunfar al rejoneador de Benidorm, Andy Cartagena, quien salió victorioso al cortar cuatro orejas ante un extasiado público lagunero.
En esta mezcla de aficionados del rejoneo y toreo a pie, dos universos tan cercanos por la presencia del toro como alejados por los niveles de exigencia, pero a ras de suelo Ernesto Tapia no las tuvo todas consigo.
El veterano torero a caballo Andy Cartagena, con 30 años de alternativa (8 marzo de 1997), lució con su extraordinaria cuadra para cuajar una faena premiada con dos orejas al primero de su lote.
‘Calaveras’, de 475 kilos, un cárdeno caribeño, resultó noble y no fue lo mejor de la noche. Andy sacó un caballo de pura sangre en cada tercio, el alicantino hizo las delicias de los aficionados en una intensa faena de principio a fin, con dos rejones de castigo y el completo que bastó para desorejar. El juez de plaza le otorgó dos apéndices.
Con su segundo de la noche, ‘Huesitos’, un toro cárdeno de 480 kilos, Andy lo brindó a la alcaldesa Susy Torrecillas y se lució con toda su cuadra de caballos que bailaron al ritmo de la Filomena, Juan Charrasqueado, El sauce y la palma. Tiró de su habitual y vistoso repertorio de adornos y piruetas para completar la faena que no hizo más que llamar la atención del juez de plaza José Luis Orozco, quien le concedió dos orejas.
Ernesto “El Calita” Tapia García con traje de luces celeste y dorado, recibió por chicuelinas a ‘Catrín’ de 470 kilos, le exigió más de la cuenta y al picador se le quebró la vara. No pudo matar a la primera, hubo dos descabellos, en el primer el toro se levantó, por lo que se llevó palmas.
Con su segundo, un toro de 475 kilos de nombre ‘Brujito’, El Calita batalló un poco más, ya que el burel le sacó tremendos sustos. Primero se voló el burladero y cayó encima de personas que no debían estar en ese lugar, luego tumbó al caballo del picador y eso quizá fue lo más emocionante.
El mexiquense pidió no hubiera música para poder concentrarse y una vez que hilvanó varias faenas se entregó al público con canciones de la Filomena y De Torreón a Lerdo, supo enganchar con el público. Aunque hubo una buena entrega, dos estocadas dejaron ir las orejas. Hubo silencio.
Cartagena se despidió entre aplausos, el público reconoció la buena actuación que ofreció ante un lleno en la Plaza de Toros Alberto Balderas, en la Corrida de Calaveras. Este triunfo fue mejor que el que obtuvo en ese mismo lugar en mazo de 2019.
A mitad del festejo se hizo una pausa para recordar a los muertos con el encendido de velas y el apagado de luces mientras se escuchaba de fondo el tema de La Llorona, mostrando el gran trabajo de manos lerdenses que adornaron la plaza con cempasúchil.
dahh.