El Clásico Tapatío fue una vez más rojiblanco. Chivas le pegó al vecino de la ciudad, Atlas sigue sin ganar ni anotar goles en el torneo. De hecho, ahora tienen la marca del peor arranque goleador en la historia de los torneos cortos con 630 desbancando al Querétaro. 1-0 el resultado final con tanto de Orbelín Pineda.
La lluvia hizo de las suyas con un par de minutos. Mario de Luna salió de cambio por lesión para dar paso a Miguel Basulto al minuto 2. Clima que hacía difícil el trámite del partido, pero en donde Atlas se supo imponer en un inicio.
Un minuto después Cristian Calderón tocó marco rival primero. Remate de cabeza que se fue apenas por un lado del marco de Miguel Jiménez, grito de gol que se quedó atorado en la garganta de los rojinegros. El Clásico inició con emociones.
El argentino Ricky Álvarez era el protagonista en ofensiva. Tomaba el balón, acarreaba y proyectaba. Al 20’ le pegó de zurda, Jiménez escupió el esférico, pero Ulises Cardona no pudo cazar el rebote. Se salvó el equipo rojiblanco.
La lesión de Álvarez cambió los papeles. La salida del sudamericano por Brayan Garnica pegó en Atlas. Ahora el balón era del Guadalajara, no inquietaba a José Hernández, pero ya lo movían de lado a lado, el peligro era latente.
Isaac Brizuela avisó al 37’. Siempre que combinó con Edwin Hernández en la primera mitad, ganaron por la banda izquierda. Desde las afueras del área por aquel sector “Cone” buscó ponerla a segundo poste de parte interna, pero José Hernández se quedó con el balón.
Chivas se acomodó en la cancha. Eduardo López se atrevió, en tres cuartos de cancha se quitó de encima a Lorenzo Reyes y Leiton Jiménez, como si aquello fuera tarea sencilla. Le pegó abajo y Hernández con el manotazo izquierdo la envió a tiro de esquina. La jugada más lucida del primer tiempo.
Pero si aquella fue la más estética, la siguiente fue drama puro. José Hernández salió a cortar mal un centro, el balón quedó muerto, Orbelín no alcanzó en primera instancia, pero a la media vuelta le pegó ya sin portero, pero no contaba con Lorenzo Reyes, que de rodillas la sacó en la línea en el tiempo de compensación. El juego se fue 0-0 al descanso, ya sin lluvia, pero con aplausos de ambas aficiones. Por esfuerzo y garra no había quedado.
Un mejor estado de la cancha en el segundo tiempo abrió las puertas para un mejor espectáculo. Pero era la visita quien seguía teniendo las más claras. Orbelín no se detuvo en el intento de los disparos a larga distancia. Al 58’ probó una vez más, pero se encontró con Hernández que a dos manos atajó el balón.
Pero el gol se veía venir. Juan Pablo Vigón perdió un balón en mediocampo al 64’, pase de cabeza mal orientado que se quedó para un contrario. De ahí nació la jugada que Orbelín, cómo la buscó toda la noche, culminó con un disparo en las afueras del área, pero esta vez, salió el intento. El Jalisco fue una locura, Chivas estaba 1-0 arriba y al partido le quedaba cuerda.
Atlas fue al frente con más ganas que futbol. Jefferson Duque la tuvo al 66’. Tiro de esquina pasado, el colombiano controló, le pegó, pero el balón fue al travesaño. El marco sencillamente estaba cerrado y la marca iba en 606 minutos en el Apertura 2018 sin marcar.
“Se buscan desde 1916”, “12 copas 0 descenso”, frases que aparecieron en la zona sur del estadio donde se ubicaba la gente de Chivas en unas mantas. Minutos finales que aprovecharon para recordar a los Zorros un presente difícil, un pasado que se ha vuelto una verdadera piedra en el zapato y un futuro incierto.
Guadalajara es rojiblanca, más que nunca. Tres victorias y el equipo va en ascenso, mientras Atlas sigue hundido en el fondo de la tabla con dos puntos y un divorcio más que evidente entre afición y directiva.
MC
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