El “¡Tu puta madre!” de Carlos Vela a la hora de festejar su gol, y el rabioso grito de Zlatan en la cara de Bob Bradley al empatar el marcador minutos después solo confirman que el duelo entre estas dos figuras está muy por encima de la insípida rivalidad que nos quieren vender con el llamado Clásico de Los Angeles (o del Tráfico) en la MLS.
A Vela y Zlatan los mueve su soberbia, nadan de a muertito en eso mares y el papel de villano les viene justo a la medida. En estos primeros 45 minutos el espectáculo han sido éstos dos y los aficionados han saciado su histérica necesidad de encontrarle blanco a sus maldiciones.
Ahí tienen al mexicano con su cintita en la cabeza y su sonrisa burlona. Y también tienen al sueco flotando, apenas rozando el suelo, celestial puteando a todos, rivales y propios.
Qué gran partido, que gran espectáculo que gran primer tiempo . Se lo debemos Vela y Zlatan.