Tuvieron que pasar dos meses, pero la espera valió la pena. La Champions League regresa con su ronda de octavos de final, instancia que presenta duelos atractivos entre algunos de los equipos que se posicionan como favoritos en sus respectivas ligas. La acción del torneo de clubes más prestigioso del mundo comienza en el Wanda Metropolitano, con el choque entre Atlético de Madrid y Liverpool.
El momento que viven los Reds es, indiscutiblemente, el mejor si se compara con los otros 15 sobrevivientes de la competencia. Con 25 victorias y un empate en la Premier League, el conjunto de Jürgen Klopp suma 76 puntos y únicamente ha cedido dos unidades en el empate 1-1 contra Manchester United en octubre. Su amplio dominio en la liga inglesa y la posibilidad de ganarla por primera vez en 30 años les da un margen de planeación en la Champions, pues el título local podría llegar poco antes de los cuartos de final, siempre y cuando mantengan su excelente ritmo.

Además, las lesiones comienzan a dejarlos en paz: Sadio Mané se ha recuperado de sus molestias en el tendón de la corva, en tanto se prevé que Joel Matip y Fabinho puedan reintegrarse pronto a la plantilla. El equipo está decidido a unirse al Real Madrid como el segundo club bicampeón desde que el certamen dejó de llamarse Copa de Europa y tomó su actual formato y denominación.
Su rival no puede presumir de la misma situación. El cuadro de Diego Simeone marcha en la cuarta posición de LaLiga con 40 puntos, lleva un paso irregular (dos empates, dos derrotas y una victoria en sus últimos cinco compromisos), además de que las bajas han estado a la orden del día.
Por un lado, Joao Félix (elemento que ha quedado a deber) estará ausente por una faringoamigdalitis, en tanto el mexicano Héctor Herrera se perdió los dos juegos anteriores del Atlético por lesión, por lo que ni siquiera fue contemplado en la convocatoria. Luce complicado que el Cholo Simeone encuentre la fórmula para frenar al Liverpool de Klopp.

La deuda del PSG
De forma simultánea, el Borussia Dortmund recibe al París-Saint Germain en el Signal Iduna Park, en un juego al que los parisinos llegan con más dudas que certezas. En los últimos tres años, los octavos de final han sido el límite del PSG. Lo más lejos que han llegado fue en 1995, cuando lograron los cuartos de final y semifinales por única ocasión.
El panorama luce menos alentador si se toma en cuenta que Neymar no ha disputado los últimos cuatro cotejos por una lesión en las costillas, por lo que es poco probable que enfrente al BVB en óptimas condiciones y el hecho de que la defensa ha ido a la baja, y como prueba el empate a cuatro tantos contra Amiens el sábado. Aún con este paso irregular, los parisinos son líderes en la Ligue 1 con 62 puntos, una decena más que Marsella.
Las esperanzas recaen en el ataque, con Kylian Mbappé, Edinson Cavani, Ángel Di María y Mauro Icardi, quienes pueden dañar a la zaga del Dortmund, uno de los departamentos menos sólidos del cuadro alemán, tercero de la Bundesliga con 42 unidades, a cuatro del Bayern Múnich y a tres del RB Leipzig.
Lo cierto es que otra eliminación en esta instancia podría significar una decepción más en el PSG, cuya exigencia va más allá de ganar el torneo local, al ser un logro constante.