La Federación Mexicana de Golf (FMG) vive un cambio de mando que no llegó con estridencias, pero sí con una convicción casi obsesiva de reconstrucción interna. Andrés Jurado, su nuevo presidente, lo asume sin aspavientos: el reto es enorme, pero la brújula —dice— está clara.
En charla con Grupo Multimedios, Jurado repasa estos primeros meses al frente del organismo y su lectura es tan sencilla como contundente:
“Sin duda, un reto muy interesante”, admite. “Estuvimos trabajando muy fuerte en un proyecto que ayudara a sumar y complementar los esfuerzos que ya se habían hecho en el golf nacional”.
El dirigente asegura que se ha sentido cómodo en el cargo, incluso animado por la velocidad con la que algunos planes empiezan a caminar:
“Muy contento, la realidad es que es una responsabilidad muy interesante. La federación toca muchísimas áreas del deporte y ya estamos implementando algunos proyectos que teníamos en mente”.
El regreso del LPGA a México
Para Jurado, el retorno del LPGA Tour al país es algo más que un anuncio en el calendario: es una oportunidad estratégica.
“Increíble tener un evento de este nivel en México”, afirma. “Es una posibilidad para mostrarnos como país, para que nuestras jugadoras compitan como locales y para que el golf nacional siga creciendo”.
Y subraya un punto que pocos dimensionan: México es de los pocos países con presencia simultánea de los tres grandes circuitos mundiales —LPGA, LIV/PGA y eventos varoniles de élite—.
“Somos un país privilegiado”, reconoce. “Y agradecidos con quienes lo hacen posible. En este caso, por LPGA Grupo Santoscoy es un aliado importantísimo, no solo para el golf sino para el deporte en general”.
Un 2026 de alianzas y exigencias
Jurado insiste en que su administración apostará por la integración: nada de islas, nada de egos sueltos.
“Integrar y amalgamar a todos los actores del golf nacional es fundamental. Solo trabajando juntos vamos a hacer crecer este deporte. Hay espacio para todos, pero si sumamos, fortalecemos al golf”.
Para 2026, el presidente de la FMG se fija metas concretas:
- Consolidar los programas infantiles y juveniles.
- Incrementar apoyos a jugadores amateurs y juveniles.
- Explorar aportaciones para golfistas profesionales.
¿Y los campos públicos?
El proyecto más ambicioso y quizá el más necesario—sigue sobre la mesa: democratizar el acceso al golf.
“Estamos buscando aliados estratégicos para implementarlo”, explica. “Estamos consolidando las dos escuelas nacionales públicas de golf que ya operan, y la intención es abrir una tercera en 2026”.
SLJ
