Sigue la temporada de NFL para Las Vegas Raiders (2-9), que visita California para enfrentarse por segunda vez en el año a Los Angeles Chargers (7-4), un partido que servirá como una evaluación sobre el desempeño que ha tenido el equipo.
Los Raiders cargan con la pesada losa de nueve derrotas consecutivas desde 2023, una racha que podría romperse, aunque el reto es inmenso.
Obligados a reinventarse
Los Chargers, que llegan tras su bye week y que perdieron su partido más reciente frente Jacksonville Jaguars, tienen la quinta mejor defensa de la NFL contra el pase, con apenas 172.3 yardas permitidas por partido. Además, su unidad defensiva es capaz de generar entregas, acumulando diez intercepciones, la sexta mejor marca de la Liga, liderada por las Donte Jackson (3).
Para entender el panorama actual de los Raiders ante Los Ángeles, es clave volver a su primer encuentro divisional, la derrota por 20-9 en la Semana 2. Aquel partido evidenció la previsibilidad y la rigidez táctica de su ofensiva, lo que condenó a Chip Kelly, el coordinador que fue el mejor pagado de la Liga y fue despedido tan solo 12 semanas después.
Como prueba está la primera jugada ofensiva, en la que el quarterback Geno Smith buscó a Tre Tucker en un pase por la costura, pero fue interceptado por Daiyan Henley.
Esta entrega temprana no fue casual, sino el resultado directo de una falla en la adaptación y la diversidad de conceptos por parte de Kelly. Los Chargers estudiaron las cintas de video y encontraron que los Raiders ejecutaron esa jugada con éxito y de forma repetida contra los New England Patriots en la Semana 1. El safety Alohi Gilman desvió el balón y se lo entregó a Henley.
Este nivel de anticipación no solo fue un duro golpe a la ofensiva, también ha sido la constante de una temporada marcada por la incapacidad de Kelly para aumentar el volumen de conceptos de pase y hacer que los defensivos contrarios tuvieran más apuros para tratar de leerlos.
La filosofía de juego de Kelly, con origen desde el futbol americano colegial, demostró ser insuficiente para la complejidad de la NFL, tal y como le pasó en su paso por Philadelphia Eagles y San Francisco 49ers. Sus conceptos de pase eran limitados, haciéndolos repetitivos y predecibles, algo más evidente en situaciones de tercera oportunidad y larga distancia. El hecho de que Smith fuera interceptado dos veces más en ese partido ante L.A., intentando la misma jugada, demostró que Kelly no aprendía.
Además, los defensivos secundarios sabían las rutas de los receptores, incapaces de desmarcarse. El juego aéreo de los Raiders bajo Kelly careció de ritmo y detalle, con Geno Smith lanzando sin que un receptor estuviera listo para girar o buscar el balón.
Mejorar en las trincheras
Gran parte del problema también ha sido la línea ofensiva, una de las más inestables de la NFL. Kelly puso a sus linieros en situaciones difíciles y optaba por liberar a sus corredores para correr rutas, en lugar de mantenerlos para bloquear: en más del 60 por ciento de las jugadas de pase, los tackles de los Raiders no tenían el respaldo de un corredor o ala cerrada, quedando expuestos ante pass rushers de élite, tal y como pasó la semana pasada ante Cleveland Browns, cuando el ala cerrada Michael Mayer empujó por un segundo a Myles Garrett antes de correr su ruta, dejando al defensivo libre para capturar a Smith.
La debilidad también afectó al juego terrestre, el número 31 de la Liga y líderes en jugadas terrestres que terminan en yardas negativas (17.81%), con el corredor Ashton Jeanty siendo derribado constantemente detrás de la línea de golpeo.
Como ejemplo está la Semana 3, cuando en tercera y 1, con el partido a su alcance, Kelly optó por una jugada de trampa que no había funcionado antes y terminó con Jeanty tacleado en el backfield, forzando un intento de gol de campo de 54 yardas que fue bloqueado y les costó el juego.
El head coach Pete Carroll, que ahora tomará las decisiones ofensivas, parece que corregirá algunas de las muletillas de Kelly, como darle más acarreos a Jeanty y no abusar de los pases largos.
CIG
