En las orquestas primero es la disciplina y luego la democracia, palabras, más palabras, menos, así se expresó el año pasado el gerente de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), Arturo Gómez, durante la celebración de su centenario en el Palacio de Bellas Artes. La agrupación vivía momentos de tensión por manejos internos que incluyeron el despido de algunos músicos, mientras otros eran relegados de ciertas actividades.
Y si el propio Gómez reconoció la crisis por la que ha pasado la orquesta, aseguró que todo forma parte de un proceso de cambio. Así, la agrupación fundada por el maestro José Rolón en 1915, se presentó el domingo en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México para concluir su ciclo dedicado a las sinfonías de Ludwig van Beethoven.
El año pasado, Gómez anunció que la agrupación celebraba un siglo de vida “apretando tornillos”, el proceso ha incluido la contratación de nuevos músicos. Y, en efecto: en las filas de la OFJ, bajo la dirección de Marco Parisotto, se vieron muchas caras jóvenes, especialmente en la sección de cuerdas.
Como culminación del ciclo dedicado a las sinfonías de Beethoven, la agrupación tapatía inició el programa con la obertura Egmont, pieza de aires triunfalistas, como para demostrar que la orquesta va por buen camino ante la serie de desencuentros que ha vivido de algunos años a la fecha. El efecto fue de beneplácito que, aunque no llenó la sala se mostró muy receptivo.
Siguió el Concierto para piano y orquesta no 3 en mi bemol mayor, op. 73 Emperador, con Peter Jablonski como solista. En algunos pasajes el pianista sonó un tanto desangelado y su volumen en ocasiones era sobrepasado por la orquesta. Si bien tuvo sus momentos apasionados, por momentos le faltó vigor y brillantez a su ejecución, sobre todo en el primer movimiento. Ya en el segundo movimiento se percibió mayor compenetración del pianista con la orquesta, al grado que el público le pidió un encore.
La segunda parte inició con la vigorosa obertura de Coroliano op. 62, bien templada por la OFJ, para concluir con la Sinfonía no. 7. Al escuchar la obra en la pantalla gigante colocada a un costado de Bellas Artes, en plena Alameda, su efecto fue revitalizador para la gente que interrumpió su paseo dominical para congraciarse con el arte.
Al observar que algunos de los músicos de la orquesta son extremadamente jóvenes, cabe esperar que los problemas internos queden atrás y que la OFJ tenga un proyecto más firme hacia la excelencia, lejos de las grillas que tanto daño suelen hacer a los proyectos culturales. Al fondo la máscara mortuoria del compositor era el testigo adecuado para el desempeño efectivo de la orquesta que merece mejor futuro.
Participar en las actividades por los 150 años del Teatro Degollado ha sido un honor para la OFJ, afirmó Gómez Poulat, pues “durante 94 años ha sido la sede de la orquesta. Siempre es un placer tocara ahí”. La agrupación tocará en Operalia, precisamente en el Teatro Degollado, “en los cuartos de final, que empiezan el próximo martes, las semifinales y la final. Tendremos el honor de tener a Plácido Domingo como director en la final del concurso”.
Este año será la primera ocasión en que la OFJ participe en el Festival Internacional Cervantino, donde Jalisco será el estado invitado. “Inauguraremos el festival en la Alhóndiga de Granaditas con un concierto con la soprano tapatía Bárbara Padilla y luego fusionaremos a la orquesta con el Mariachi Vargas de Tecalitlán para hacer toda una fiesta de Jalisco. El segundo concierto estará dedicado a Miguel de Cervantes, con la obra Don Quijote de Richard Strauss y, el tercero, será didáctico, con la participación de Mario Ivan Martínez”.
El funcionario afirmó que el proyecto de su gira por Europa va muy avanzado, que se daría hacia marzo de 2017, todavía en el marco del Año Dual México-Alemania. También se ha planteado la posibilidad de que en julio del próximo año la OFJ realice una gira por San Francisco, California.