Un coctel de defectos. Así se describe Fernando Rivera Calderón, músico, actor, escritor y compositor. Guitarrista y voz de Monocordio, Fernando habló sobre “Cómo sobrevivir a la horrible realidad” en Campus Party 2017, donde también respondió al Interrogatorio MILENIO.
—¿Qué aplicación te es indispensable para vivir?
Pues la mano, es mi primera aplicación, lo que pasa es que no es desprendible ni nada, pero esa sería mi primera aplicación. Ya después el Twitter, que me gusta mucho, y el Instagram, me he vuelto un voyeur absoluto, me encanta ver las imágenes que ponen mis amigos y gente que no conozco. Yo creo que navego entre esas dos.
El Facebook ya es otra cosa, más doméstico, es como el horno de mi casa y el Twitter es como el microondas.
TE RECOMENDAMOS: No hay que tenerle miedo a la Inteligencia Artificial: investigador de IBM
—¿Android o iOS?
Esa segunda que dijiste. Soy de Mac porque soy realmente como un cavernícola tecnológico, entonces, como la Mac a todos nos trata como computadora for dummies, así me siento feliz. Ya las otras, el Android, y todas esas cosas, no puedo.
—¿Cuál es tu videojuego favorito?
[OBJECT]Pues me gustaban mucho los de zombies, me gustaba uno de Los Simpsons. Lo que pasa es que luego mis hijos se apropiaron de las consolas y ya no me dan acceso a ellas, ahora me resigno a jugar Candy Crush y otro que me pasaron mis hijos, Clash Royale.
—¿Con qué personaje histórico te identificas?
Con varios, pero de México me cae muy bien Fray Servando Teresa de Mier, siento que es un tipo que por defender su manera de pensar toda su vida fue perseguido, fue cuestionado, pero finalmente para mí es como esos faros en medio de la oscuridad de la historia, de esos personajes lúcidos que nunca dejan de luchar, que nunca dejan de creer en sus ideas.
—¿Qué es lo que más te gusta y qué es lo que odias de México?
Lo que odio yo creo que lo comparto con muchas personas, odio esta estructura que permite que la gente que no se prepara, de peor moralidad, con menos capacidades, sea la que acceda a las posiciones de poder. Que este país se haya diseñado para que justo las personas que se preparan, que estudian, que son mejores, no puedan acceder ni al poder ni a la universidad n i a los espacios que tendrían que ser para ellos.
Me gusta descubrir en cada lugar de la República al que voy, que hay un país hecho de muchos países, tenemos muchas cosas en común, hay hilos que nos conectan, que nos amarran.
Siempre hay una persona dispuesta a ayudarte, entonces ese amor, ese cariño, esa cosa fraternal, esa vocación por el desmadre que tenemos en México, esa creatividad también.
—¿Qué es lo que te hace feliz en este momento de tu vida?
Me hace feliz en este momento haber tomado decisiones radicales, locas quizás, pero que me han llevado a estar haciendo en este momento justo lo que quiero hacer. Es decir, estoy escribiendo, estoy haciendo literatura, estoy haciendo poesía, era algo que mientras estuve trabajando en medios electrónicos no tenía tiempo para hacer.
Lo que más feliz me hace es saber que a mis 45 años puedo seguir siendo tan rebelde y loco y creyente de lo que siento como cuando tenía 17 años, y eso me emociona mucho. Yo sé que para otros es un signo de inmadurez y de irresponsabilidad, para mí es lo que me prende.
—¿En qué momento de tu vida consideras que triunfaste?
No me gusta mucho la vida resumida en términos de éxito/fracaso, creo que la vida vale por otras cosas, no sé si me gustaría considerarme una persona exitosa, pero si tuviera que meterme en ese riel pues creo que lo más exitoso que he hecho es ser padre de dos hijos maravillosos que me hacen muy feliz.
Creo que para mí el éxito fue haber amado profundamente y tener a esos dos seres a los que sigo amando, y que ese amor, que creo que es la única herencia viable en estos tiempos, se pueda seguir reproduciendo con ellos.
—¿Cuál es el ritual que nunca falta en tu día?
[OBJECT]En las mañanas, de ley, puedo no desayunar o no dormir, pero sin mi café y sin mi churro matutino la verdad es que no funciono. Y creo que escribir se ha vuelto un ritual, es algo que no puedo dejar de hacer cuando llego a mi casa, sean en la madrugada, sea en la noche, a la hora que sea, tengo que escribir un rato, lo que sea, es algo que necesito hacer para poder hacer lo que sigue.
—¿Cuál es el defecto de tu personalidad que menos soportas?
Tener que escuchar a los demás cuando me dicen ese defecto que no soporto. Soy un coctel de defectos. Creo que yo estoy bien con mis defectos, me gusta estar enfermito de mi cabeza y me gusta no pretender de ninguna manera ser perfecto. Los defectos alimentan todo lo que soy y creo que me llevo bien con ellos.
—¿Qué característica debe tener una persona para ser tu amigo?
Estar un poco loca, no creer en el éxito ni que la vida es como una carrera para ser famoso y tener dinero.
—¿Cuál es tu carrera profesional frustrada?
Literatura dramática y teatro. Cuando le dije a mi papá que quería estudiarla, él que me inculcó el teatro y que me hizo amar el teatro, me dijo que no podía (…) porque era de gente muy pacheca.
Entonces estudié comunicación social y la verdad es que no soy feliz de haber estudiado esa carrera, yo finalmente me dedico al teatro, lo estudié en la vida.
—¿Cuál es la mejor mentira que hayas inventado?
Que puedo dar conferencias en Campus Party, me la creyeron.
—¿Cuál fue la última canción que escuchaste antes de llegar aquí?
Una de Juan Gabriel muy buena, la oí en el taxi del aeropuerto, era la de ¿por qué me haces llorar? ¿Por qué me haces sufrir?
—¿Qué es lo que siempre llevas contigo?
Esa pregunta no aplica en mí porque todo se me olvida. La guitarra, casi siempre la traigo, pero fuera de eso, he olvidado hasta mis hijos.
—¿Qué le dirías a Donald Trump?
Es de esas personas que no le diría nada, siento que es dilapidar tus palabras y tu inteligencia en alguien que no es receptivo. Le diría lo mismo que le digo a un pato que vea graznando (…) Hablar con él realmente no tiene sentido.
ASS