Contrario a la creencia popular de que el Día de Muertos es una festividad puramente prehispánica, su origen se encuentra en la Europa medieval y fue instaurado por la Iglesia Católica.
De acuerdo con el historiador Víctor Joel Santos Ramírez del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), las celebraciones del 1 y 2 de noviembre tienen propósitos muy distintos y fueron trasladadas a México tras la Conquista.
El origen europeo del Día de Muertos
La distinción entre el 1 y 2 de noviembre fue establecida por la Iglesia Católica con fines teológicos específicos, a continuación, te detallamos cada uno.
1 de noviembre del Día de Muertos
Esta fecha fue instituida inicialmente por el Papa Bonifacio IV en el año 609 para honrar a los "santos desconocidos" y a todos los beatos y canonizados, para que ninguno se quedara sin fiesta, como señala Santos Ramírez.
¿Por qué el 1 de noviembre? La celebración original se hacía en mayo, pero el Papa Gregorio IV la trasladó al primero de noviembre alrededor del año 835 para, según se cuenta, hacerla coincidir con el final de la cosecha y la vendimia, asegurando así provisiones para los peregrinos en Roma.
Este día también coincidía con la festividad celta del Samhain, celebrada el 31 de octubre en el actual Halloween, una fiesta de año nuevo donde se creía que los difuntos regresaban. Al imponer el Día de Todos los Santos, la Iglesia buscaba cristianizar y erradicar estos ritos paganos, como apunta Santos Ramírez.
2 de noviembre del Día de Muertos
Este día tiene una dedicación específica que, de acuerdo con la escatología cristiana, está dedicada a las almas de los difuntos que "reposan en Cristo" pero que no alcanzaron la vida en el Cielo por tener pecados menores o penitencias incompletas.
Las almas de estos difuntos se encontraban en el Purgatorio. El 2 de noviembre fue concedido para que los vivos, a través de oraciones y misas les ayudaran a limpiar sus pecados y alcanzar la salvación.
Esta fecha fue instaurada ciento sesenta y tres años después de la de Todos los Santos, en el año 998, por el abad del monasterio de Cluny, San Odilón, quien, según la leyenda, actuó siguiendo una revelación divina para instituir una jornada dedicada a orar por los muertos.
El Día de Muertos en México: así inicio
Las festividades del 1 y 2 de noviembre llegaron a México en el siglo XVI con la Conquista Española. Aunque las prácticas funerarias ancestrales mesoamericanas se realizaban en fechas distintas, por ejemplo, el Miccailhuitontli o Fiesta pequeña de los muertos mexica se hacía entre agosto y septiembre, la celebración católica se convirtió en el depósito de las antiguas creencias.
El historiador Santos Ramírez subraya que no hubo una mezcla superficial con el culto católico, pues la liturgia católica se mantuvo inmodificable.
En cambio, se produjo una síntesis interna al prohibirse las ceremonias prehispánicas, las prácticas y creencias ancestrales.
La costumbre de que las almas regresan para departir alimentos con sus familiares, la cual no es aceptada por el cristianismo, se mantuvo viva en las comunidades indígenas y fue trasladada a la ofrenda y la visita a los panteones.
Día de Muertos para pequeños y adultos
Una de las costumbres prehispánicas es a quién se conmemora en cada fecha, a pesar de la imposición católica, ya que el 1 de noviembre corresponde con los muertos pequeños y el 2 para los adultos.
Esta dualidad en la conmemoración es un eco de la tradición mexica, que en el calendario prehispánico tenía la veintena Miccailhuitontli, Fiesta pequeña de los muertos, seguida del Huey Miccailhuitl, Gran fiesta de los muertos.
YRH