Óscar Tagle y la comunidad Al Gravitar Rotando, un colectivo de creación literaria y sello editorial, mantienen vivo el Anuario de literatura breve, un calendario que integra géneros como poesía, minificción, aforismo, periquete, haikú, prosa poética, microensayo, crónica, cuento ultracorto y greguería.
“Como comunidad llevamos desde 2006 y como sello editorial formal nos establecimos en 2012, mientras que el Anuario de literatura breve, que es nuestro proyecto central, llega a su edición número 13. Estamos muy contentos con los resultados”, dice el editor a MILENIO.
El Anuario desafía las leyes del mercado tradicional mediante la autogestión y el coleccionismo. “Ha habido apoyos esporádicos. De las 13 ediciones, en dos ocasiones recibimos una ayuda del municipio, a través de Cultura Guadalajara. Pero generalmente el proyecto es autogestivo y yo le digo autofestivo porque es un logro comunitario”.
La parte utópica
Al Gravitar Rodando es una comunidad fuerte que absorbe 50 por ciento del tiraje, que es de 400 ejemplares. “Hay quienes compran desde uno hasta 25. Los usan como regalos o tienen su stock personal para presentaciones y ferias. Esa dinámica ayuda a que la producción casi se cubra sola, pagando el diseño y la imprenta. El resto queda para complementar otros proyectos, como reimprimir libros o preparar lo que viene el próximo año”, explica Tagle.
En tiempos digitales, el editor apuesta por el papel y asegura que desde que salió el primer calendario supo que era un proyecto que no puede dejar de existir.
“Disfruto mucho la producción y el proceso. Es una especie de ferrazón o parte utópica. Es una convicción de conservar el objeto físico. Aunque esto termine en redes sociales y se replique en Instagram, la hojita de papel mantiene una parte de convicción y de romanticismo, no solo nostalgia. Es para las generaciones de los años 60 y anteriores que crecieron con esto, pero también para los jóvenes que se acercan y preguntan: ‘¿Qué es esta caja?’ Esta fórmula de leer autores, curar el material y ver que no hay saltos extraños en el ritmo o el sonido de la literatura es lo que más disfruto”.
Así se hace
La edición del Anuario es un proceso orgánico, donde Tagle va invitando a autoras y autores en las ferias del libro a las que asiste.
“Es un espacio incluyente donde llegan nuevas voces. Este año hubo novedades específicas; por ejemplo, estuve presentando el libro de uno de mis autores en Lagos de Moreno y tuve participación en la Feria del Libro de Aguascalientes, ahí conocí personas y fui alimentando el libro. Eso es lo primordial: que en el recorrido mismo del anuario, uno va encontrando voces interesantes que van aportando su visión a la obra colectiva”, explica.
“Un calendario para deshojar es el bello refugio de lo que se dice y de lo que no se dice, en alrededor de cien palabras”, escribe Constanza León en la primera hoja del Anuario de literatura breve 2026, un año que arranca en jueves.
Hasta donde dé
En esta edición se integran géneros como poesía, minificción, aforismo, periquete, haikú, prosa poética, microensayo, crónica, cuento ultracorto y greguería.
“Seguimos en la misma línea de los géneros breves y el año pasado con el productor de radio y periodista Baltazar Domínguez abrimos la cuestión de la microentrevista. Sin embargo, hay aportaciones teóricas sobre la minificción y la literatura breve escritas por académicos y autores que cultivan estos géneros de forma constante”, comenta Tagle.
Agrega que cada anuario promedia 125 voces con una distribución de 60 por ciento autoras y 40 por ciento hombres.
“Si sumamos las 13 ediciones, han pasado muchísimos colaboradores, más de mil 600. Existe una estructura que se repite, que es la gente de la comunidad G, la gente de Los Filos de Zacatecas y el grupo que tenemos en Ciudad de México. Esa es la columna vertebral, una base sólida de maestros y autores afines. Entre esos follajes es donde van llegando las nuevas voces, esos ‘asteroides’ que aportan al proyecto”.
Sobre el futuro de la comunidad y el anuario, Óscar Tagle asegura: “La consigna es que siga hasta donde dé. Es un proyecto que tiene su grado de belleza complejo. La apuesta ya está hecha con el impresor, uno arriesga y después ve cómo se va financiando, pero la responsabilidad es mía”.
En cuanto a presentaciones, el entrevistado planea visitar Ciudad de México en enero, también presentarlo en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería o en la Feria Internacional del Libro de Coyoacán.
El editor comenta emocionado que el Anuario de literatura breve seguirá poniéndose en el clavito del muro, porque aunque pesa medio kilo, la gente sigue apreciando tenerlo ahí, ponerlo en su escritorio e ir arrancando las hojas para regalarlas o usarlas como separadores de libros: “Es un proyecto hecho con mucho corazón a la literatura”.
Informes: https://www.facebook.com/GravitarRotando
hc
