La exposición Observación y pensamiento es el nombre de la nueva propuesta del artista mexicano Javier Sánchez, la cual está conformada por 12 piezas de gran y mediano formato. A través del sonido y las artes visuales, el creador busca cautivar al público.
Su trabajo se nutre de procesos como el hackeo de tecnologías obsoletas, la experimentación con electricidad y la mezcla de estos medios con las artes plásticas. La deconstrucción de las ideas, las imágenes y los materiales, son parte fundamental en su obra para integrar ejes temáticos vinculados a la historia y la filosofía.
“Considero a mi obra como algo atemporal, que no pertenece a un momento preciso, no deseo que mi trabajo batalle contra la marea del tiempo y del espacio”, asegura Javier Sánchez en entrevista.
—¿De qué trata la exposición Observación y pensamiento?
Es una serie de gran y mediano formato en óleo sobre lienzo y una videoinstalación sonora construida con partes de equipos obsoletos. En el televisor análogo se proyectan las imágenes de las figuras que se encuentran en los lienzos, y pueden ser modificadas por el espectador utilizando un centro de mando que, sin indicaciones, pistas u orden, modifican los colores y texturas de las formas.
Las imágenes son acompañadas por sonidos aleatorios que provienen del mismo centro de mando, estos fueron creados con la intención de promover la curiosidad entre las personas que visiten la obra.
—¿Cuál fue tu intención con las pinturas?
Existe una intención de trabajar en la abstracción del color para llegar a una idea de introspección, buscando hacer un énfasis en que las pinturas busquen hablar por sí solas. Las formas de mi obra son asimétricas, buscando en todo momento crear un equilibrio entre los distintos colores, dando como resultado el poder ver plasmada mi idea en los cuadros.
—¿Cómo ha cambiado tu estilo desde tus inicios en 2019?
Mi historia comenzó en 2019, cuando en mi primera residencia con Proyecto H presenté la obra Materialidad y resonancia; dos años después creé Manifiestos y representación, pero a causa de la pandemia y el confinamiento pocas personas pudieron disfrutar de este trabajo.
Durante el tiempo de la pandemia me fui a vivir al campo, no solo por cuestiones de salud sino también para poder encontrar la inspiración que me permitiera crear nuevos conceptos. Considero que no existe un yo antes de 2019 y otro después, más bien cada artista se desenvuelve en el contexto que le toca vivir.
—¿De dónde surgió la inspiración para crear tus obras?
Todo gran artista encuentra la inspiración en detalles tan básicos como en un diente león o en celebraciones como el Día de Muertos. Lo que llamó mi atención fue la manera en que la televisión junto con otros mecanismos son capaces de alterar la percepción de una imagen.
El vivir en la tranquilidad del campo me ha permitido charlar con otros artistas y entrar en un proceso de generar presentes, abstracciones o representaciones para así poder observar de mejor manera la reacción del óleo al mezclarlo con el gris, con el negro y el naranja.
—¿A quién admiras en el mundo del arte?
Me gusta la obra del pintor Manuel Felguérez: su abstracción de los materiales, la parte de transfigurar las texturas y sus materiales han cautivado mis ojos. También el trabajo de Mark Rothko.
La exposición estará abierta hasta el 15 de diciembre en la galería Proyecto H., ubicada en Guadalajara 88, Colonia Roma Norte.
Javier Sánchez dice sobre sus próximos trabajos que “la idea de innovar nunca ha sido algo que me interese, es una parte muy lejana de mis intenciones, quizás seguir explorando más a fondo el mundo de la pintura y sus acabados. Deseo adentrarme más en el sonido para poder crear experiencias inmersivas que me asombren y también a los demás. Hay que dejar que el camino se vaya construyendo poco a poco”.
PCL