Los maestros José Manuel Fernández y Patricia Sánchez Saiffe nos comparten la historia detrás de “México en la piel”, una canción que nació del agradecimiento profundo y terminó convertida en un himno de identidad nacional. Interpretada por grandes voces y reconocida por generaciones como una carta de amor al país.
La canción surge de un impulso genuino: agradecer a la tierra que vio nacer al compositor. Para José Manuel Fernández, hablar de México es hablar de generosidad, de belleza natural, de gente, sabores, lenguas y paisajes. “México ya está puesto”, dice con humildad. Su labor fue simplemente traducirlo en palabras.
De ahí nacen imágenes que todos reconocemos: el mar de Cozumel, la sierra de Chihuahua, el reboso de Santa María, el tequila de Arandas o el chocolate humeante al lado del café. Un recorrido geográfico, sensorial y emocional por todo lo que significa ser mexicano.
La maestra Patricia Sánchez Saiffe interpreta esta canción desde el arte visual con un gesto íntimo y poético: un bordado sobre la piel. Cada puntada representa las tradiciones, los recuerdos, la familia, y también los dolores que forman nuestra identidad. “A veces duele, pero queda hermoso”, afirma, al referirse a esa dualidad entre lo bello y lo difícil que implica ser parte de una cultura tan viva como la mexicana.

Para Patricia, “México en la piel” es una canción sensual, seductora, que invita al extranjero a conocer el país, pero que también nos recuerda a los propios mexicanos todo lo que aún tenemos por descubrir. “Nos volvemos turistas en nuestro propio país”, dice. El arte, entonces, se convierte en una guía afectiva para recorrerlo.
La canción no solo describe, envuelve. “Así se siente México, así como unos labios por la piel”, canta Fernández. La frase no es solo poética, es física: evoca una emoción que se experimenta con todos los sentidos.
La obra musical y la visual se entrelazan como un bordado colectivo, íntimo y nacional al mismo tiempo. Hablan de un México que se hereda en la voz de las abuelas, en los sabores que nos forman desde niños, en los ritmos que nos emocionan. Un México que llevamos todos, literalmente, en la piel.
En palabras de Avelina Lésper, conductora de El arte de la canción, “¿cómo no amar esta canción, este dibujo y este país?”. Con una interpretación en vivo que puso piel chinita y aplausos de pie, el programa concluyó celebrando lo más valioso del arte: su capacidad de unirnos en la emoción, en el orgullo, en la pertenencia.
“México en la piel” es testimonio de que el arte también puede surgir de la gratitud, del amor profundo, de la identidad compartida. Es la prueba de que lo que se ama también inspira. Y de que, incluso en tiempos difíciles, hay canciones que nos recuerdan que México está —y siempre estará— en nosotros.
Escucha esta entrevista completa en “El Arte de la Canción: Segunda Temporada” Celebrando los 80 años de la Sociedad de Autores y Compositores de México en Milenio Televisión.