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Juan Rulfo, Sayula y Apulco, anecdotario

Rodrigo Sánchez, cronista de Sayula diserta en este anecdotario sobre el lugar de nacimiento del destacado escritor jalisciense y una charla con Federico Munguía.

Cuando a mediados de los años setenta del siglo pasado, el reconocimiento del laureado escritor jalisciense Juan Rulfo trascendió las fronteras del país, convirtiéndolo en una figura de la literatura mundial. El autor de Pedro Páramo y El Llano en Llamas, acompañado del cronista de Sayula don Federico Munguía Cárdenas, recorrían el centro histórico de Sayula. Paseó por algunos de los más de setecientos metros lineales de portales que enmarcan el ágora principal de esa ciudad, cuyas fechas de construcción están datadas en los siglos XVI, XVII y XIX, y con un andar lento, ensimismado en su siempre enigmático mutismo, se detuvo justo en el eje principal del que parte la cuadricula que da forma a la traza urbana del Sayula colonial.

Exactamente donde se fundó en 1546 por gestiones del capitán Andrés de Urdaneta, midiendo desde ahí 600 varas castellanas (502 metros) hacia los cuatro vientos, la ciudad de Sayula capital de la Provincia de Ávalos; de la cual, el navegante español era corregidor. Posiblemente esto lo sabía Rulfo, por su afición a la historia. Parado en ese lugar tan significativo, la mitad de la avenida Manuel Ávila Camacho, frente al templo Parroquial de Sayula y mirando hacia el poniente sobre esta misma calle que va al arroyo que cruza la población, cerca de donde se encontraba la casa de sus abuelos paternos; susurró, con su peculiar timbre de voz a Munguía Cárdenas: "Es que aquí yo casi no conozco a nadie...".
Cuenta la anécdota don Federico Munguía e interpreta esto como la confesión de Rulfo sobre su lugar de nacimiento. No hubo más aclaración. Así era Juan.

"A él le hubiera gustado nacer en Apulco, pero nació aquí en Sayula, en casa de mis abuelos."; responde, en 1975, a pregunta de Munguía Cárdenas, Eva Pérez Vizcaíno vecina de Sayula y hermana de Juan Rulfo, sobre el lugar de nacimiento de su hermano. "¿Juanito? Déjame ver... nació aquí." Respondió a la misma pregunta el tío paterno de Juan, Luís Pérez Rulfo apodado el "Perico", también vecino de Sayula. Contrario a lo que parezca, la importancia de la figura literaria de Juan Rulfo entre sus familiares de Sayula, apenas era comprendida entonces y al parecer contestaron a la pregunta sin ningún tipo de protagonismo, según recuerda hoy el decano cronista de Sayula.

A Munguía Cárdenas, un amigo cercano de Rulfo le informó sobre su verdadero lugar de nacimiento. El cronista, antes de que se lo dijeran, nunca puso en duda que Juan Rulfo hubiese nacido en la región del Llano: San Gabriel, Apulco, Tuxcacuesco, Tonaya. Es conocido en el sur de Jalisco que la Familia Vizcaíno es originaria de esa zona, y asegura Munguía Cárdenas que tomó como cierta la versión del propio Rulfo sobre su lugar de nacimiento. Además, en los archivos del cronista de Sayula, no había ningún Juan Rulfo, de tal manera que no había porque pensar que fuese nacido en Sayula. Dice don Federico, recordando.

La importancia del personaje en que se estaba convirtiendo Rulfo, en Sayula no trascendía. Los Pérez Rulfo, una familia antigua de Sayula, conocida de Munguía Cárdenas, no parecían darle mucha importancia a esto; su hermana Eva, aunque visitada por el escritor muchas veces, no fue hasta que este le preguntó por alguien que le gustara escribir en Sayula que le presentó al cronista de Sayula Munguía Cárdenas, unos años menor que él. "¿Federico? soy Eva de la Fuente (así conocían en Sayula a la hermana de Rulfo, por ser esposa de Jesús de la Fuente, sayulense). Mi hermano te quiere conocer" le llamó una vez a don Federico, Eva Pérez Vizcaíno, y agregó, recuerda este, "ven a mi casa para presentarlos". Así conoció Munguía Cárdenas a Rulfo, quien le propondría editar una monografía que Munguía escribía sobre la región, cuyo título, La Provincia de Ávalos, sugirió el mismo Rulfo y ayudó a editar. Así se trabó una amistad con el cronista que duró hasta la muerte del escritor.
Efectivamente, Munguía Cárdenas, demostraría más tarde, con un acta del registro civil de Sayula de 1917 y una fe de bautismo del mismo año, que Juan Nepomuceno Pérez Vizcaíno, nombre real de Juan Rulfo, nació en Sayula Jalisco el 16 de mayo de 1917.

Rulfo, primeros años y el Llano Grande

Los recuerdos de la niñez de Juan estaban más al sur de Sayula, San Gabriel, Apulco, Tuxcacuesco, Tonaya, donde sus abuelos maternos tenían haciendas, y su padre administraba San Pedro Toxín una hacienda de su abuelo paterno vecino de Sayula, el licenciado Severiano Pérez Jiménez. Sus padres se casaron en Apulco y él estudió sus primeras letras en el colegio josefino de San Gabriel. Pero sus raíces profundas estaban en Sayula.

La región de la laguna seca de Sayula, con su particular identidad relacionada con este accidente geográfico, la cuenca endorreica, desarrolló una especial cosmovisión en sus habitantes, desde que fuera el gran señorío indígena de Tzaulan, de donde deriva Sayula, palabra nahua que significa en lengua tzayulteca, lugar de moscas o moscos. La visión de la muerte en esta cultura que haría sincretismo con la europea, incluía los ritos funerarios, entre los cuales los más conocidos e enigmáticos son las tumbas de tiro, cámaras mortuorias a las que se accede por un tiro análogo a los de mina, de entre 6 y 12 metros. Las ofrendas con que eran sepultados los antiguos habitantes del Tzaulan, sugerían una existencia alterna al mundo de los vivos en los submundos de la mitología prehispánica. Se han encontrado necrópolis ordenadas de acuerdo a la jerarquía social indígena, cerca de Sayula, en Usmajac.

El misticismo europeo y la religión católica en torno a la muerte, cargada de espíritus, almas en pena y culpas de los difuntos que requiere ser purgadas, se fusionaron al ritual funerario indígena en esta particular visión del mundo, que experimentaba Sayula en el siglo XIX y los primeros años del siglo XX, heredada de la colonia, que llegó a Rulfo seguramente como tradición oral. Ciertamente esto podría decirse de toda la región Sur de Jalisco; sin embargo, es Sayula el epicentro de esta identidad particular con respecto a la zona de San Gabriel, Tuxcacuesco y Tonaya, por la importancia como ciudad española durante la colonia y su influencia hacia esa región.

Sayula en la obra de Juan

La referencia al culto funerario del sincretismo citado, en la obra de Rulfo, la visión, cruda, indiferente de sus personajes, tanto con la muerte, como con la violencia de un carácter casi ingenuo, pero brutal; explica en parte su obra, en el sentido de la identidad de su autor. Hijo y nieto de hacendados, de influyentes personajes del centro económico, político y cultural más importante de la colonia en el sur de lo que sería el estado de Jalisco, Sayula; Rulfo deja que sus personajes hablen usando las distintas técnicas literarias, pero desde la profundidad de una identidad milenaria surgida a los márgenes de la playa árida, Sayula.

Rulfo cita a Sayula en su obra, la describe. Para él, Sayula es la luz naranja del atardecer, deslizándose en mini ocasos por las paredes de adobe de su caserío; es paloma que navega plácidamente la última estela del día, adormilada y ciega; es el bullicio infantil en el fresco donde fenece la tarde, una sonrisa de niño; el lugar donde aún hay gente, donde se debe ir si no quiere uno terminar en el nido de la tristeza. Es remembranza del ayer en un presente sombrío. Es el vientre placido de la madre antes del valle de lágrimas. Pareciera que, desde la referencia al principio de placer freudiano, Rulfo codificara así su lugar de nacimiento.

Sayula no sólo como lugar geográfico sino como fuente de orden social y política en el sur de Jalisco representó para Rulfo un referente constante en su obra como eje ordenador de sus relatos.

Sayula es el lugar de origen de los Pérez Rulfo, familia paterna de Juan. Sus abuelos se casaron en 1882 en la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Sayula, Don Severiano Pérez Jiménez y Doña María Rulfo Navarro. Su tátara abuelo y bis abuelo Juan Manuel y José María respectivamente, llegaron a Sayula en los años 20 del siglo XIX, donde abrieron una escribanía. Sus tíos David y Luis Pérez Rulfo eran conocidos e importantes vecinos de Sayula en el siglo XX. Fue su tío David Pérez Rulfo quien sugirió el seudónimo "Juan Rulfo" al escritor. Las calles empedradas de Sayula y los rincones de sus portales, conocieron y recuerdan el eco de sus pasos que sin prisa se encaminaban en búsqueda de los nichos del pasado que reguardaban las voces antiguas de su propia historia familiar, en una de las muchas tardes, como la descrita por él en su Pedro Páramo, en que Rulfo visitó Sayula y lo recorrió; no para conocer a alguien, sino para encontrarse a sí mismo. "Es que aquí yo casi no conozco a nadie...".

SRN

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