El Premio Nobel de Literatura 2008, Jean-Marie Gustave Le Clézio, advirtió acerca de los peligros que enfrenta Europa ante el avance de los nacionalismos, para lo cual es indispensable que mire fuera de su continente, aseguró previo a su participación en el Hay Festival Querétaro, donde es uno de los protagonistas del encuentro literario.
“El resurgimiento de los nacionalismos tiene una faceta muy negativa, que nos hace pensar en el movimiento que dio origen a la segunda guerra mundial, una especie de odio a lo que es extranjero, a lo que no es de ‘raza pura’. El mito de la raza pura es una cosa muy fea de la cultura europea. Hay que decirlo, pero eso no es algo nuevo, debemos recordar que los griegos empezaron con eso.” [OBJECT]
Durante una conferencia de prensa, el escritor señaló que Europa tendría que tomar el ejemplo de los demás países del mundo, entre ellos México, un país de mezcla racial y cultural que ya está adelantado sobre la herencia de Aristóteles.
“El porvenir de Europa depende de su capacidad de escuchar, de copiar el ejemplo del resto del mundo. Ese es un tema de educación. Los escritores tienen el deber de denunciar las formas del nacionalismo y del racismo por todos sus medios: escribiendo, hablando, participando en encuentros.”
Al mismo tiempo, Le Clézio explicó que una de las soluciones al problema está en la educación, aun cuando parezca utópico, “pero si sembramos en las escuelas se puede tener otro provenir. Hay que educar a Europa”.
Para el autor de más de 40 títulos, quien estuvo algunos años en México al lado del historiador Luis González y González, incluso en su bibliografía cuenta con libros como La conquista divina de Michoacán o El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido, la solución a los problemas por los que atraviesa México sólo podrán venir “de los propios mexicanos”.
“Las soluciones la tienen los mexicanos en sus manos. Los mexicanos inventaron la revolución, inventaron la libertad, deben inventar el remedio a esta situación: no serán los otros países los que lo hagan, mucho menos Estados Unidos, porque en realidad aprovechan la migración de la mano de obra barata de México y no dan mucho a cambio. La solución no vendrá de Estados Unidos o de Europa, tiene que venir de México mismo”, enfatizó el Premio Nobel de Literatura 2008.
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