Cultura

Fabrizio Mejía Madrid recibe Premio John Reed 2025 en Teatro Isauro Martínez de Torreón

Reconocido por su trayectoria como periodista y analista político, fue homenajeado en el TIM donde reflexionó sobre el compromiso ético de comunicar con responsabilidad.

Fabrizio Mejía Madrid llegó solo al Teatro Isauro Martínez (TIM). Con sencillez se bajó de un automóvil para entrar al recinto por la puerta que cruza cotidianamente el personal administrativo. De las oficinas se le condujo al área de tramoya y fue ahí donde le dimos alcance. Faltaban quince minutos para dar comienzo a la ceremonia donde se le entregó la Presea John Reed, otorgada por la Fundación John Reed en México, y el Proyecto Cultural Revueltas, que este año le reconoce como periodista y analista político. Con las agujas del reloj en marcha, accedió a una entrevista para MILENIO.

Esta presea la recibió por primera vez en el año 2013 Carmen Aristegui. Y después de ella sumaron más de una decena de colegas. El año pasado arribaron a Torreón Sabina Berman y Luis Hernández Navarro. Julio Scherer aceptó la distinción, pero no llegó a la fiesta. También se le entregó a Rafael Rodríguez Castañeda. Julio Hernández 'Astillero', aprovechó para visitar seguramente a la familia.

El Premio John Reed tiene diferencia con respecto a otros, muchos que hay en el país: literarios, periodísticos, de crónica, etcétera. Que es uno que entrega la gente. Es un premio que viene de la base de los estudiantes, de los normalistas, de los maestros y que realmente es timbre de orgullo recibir algo así; no de un comité selecto, de una élite donde son ocho y tres son primos, sino de veras del cariño de la gente y de una cosa que es fundamental para cualquier escritor, que es que te lean. No solo que te reconozcan sin haberte leído, sino que te lean, que te aprecien, que discutan lo que escribes, que lo recomienden, que lo critiquen. Yo creo que esa es la diferencia fundamental”, dijo Mejía.

Los organizadores igual han reconocido el trabajo de quienes han muerto en el ejercicio de su oficio, caso concreto, se le entregó la presea a las familias de Miroslava Brecht y Javier Valdez. Y también se ha reconocido el periodismo gráfico a través de los caricaturistas Rafael Barajas, 'El Fisgón', y Armando Monsiváis, 'Monsi'.

Este año el TIM se llenó de estudiantes que disfrutaron de la ceremonia, pues a Fabrizio Mejía se le rindió un homenaje que alcanzó para tener un mariachi en el escenario. Junto a maestros, alumnos y representantes de organizaciones civiles, reconoció el esfuerzo de hombres y mujeres que luchan a través de causas comunes.

En la entrevista se le preguntó cómo fue que definió su vocación periodística y cómo se ha transformado su ejercicio: “Yo empecé muy chavo, a los quince años trabajé en mi primera publicación, era un semanario que ya desapareció, que se llamaba Punto, que era de la Ciudad de México y que dirigía Miguel Ángel Granados Chapa. Él me invitó porque yo no tenía trabajo y en mi familia hacía falta que trabajáramos todos, y entré cuando tenía quince años.

"He visto pasar, ayer lo platicaba con la gente que me recibió aquí en Torreón, pasamos casi del mimeógrafo a lo digital, además de escribir en máquina, con papel carbón, para la copia, hasta pasar por el télex y el fax. Usé el télex para la primera crónica que hice en el extranjero, que fue en el bicentenario de la revolución francesa. Comprabas unas tarjetas y todo se vaciaba en una oficina de correos. Después fue el fax y ahora lo digital, y cada una de estas cosas no solamente técnicamente van cambiando, sino la forma en que adquiere, digamos, la narrativa, la sintaxis incluso con respecto a esta tecnología".

Las formas de comunicar se transforman y Fabrizio Mejía Madrid hoy tiene una videocolumna. Pero el estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM le permitió publicar una docena de libros donde ha escrito crónicas de largo aliento y otros géneros. Incluso una novela que fue ilustrada por el caricaturista José García Hernández.

"También en los cómics o la novela gráfica como le llaman los moneros, que se adornan con eso, pero por ejemplo el libro que hice con el monero Hernández sobre el terremoto del 85 en México, ahora pasó a ser una animación que hicieron los compañeros del Canal 14 y que, digamos, es otro formato para otra generación. A pesar de que es la misma historia que yo cuento en la historieta, tiene otras características; el estarlo viendo como una animación tiene otra emoción, distinta a la del cómic".

Para Fabrizio Mejía, las formas de comunicar han cambiado. No solo en su narrativa y sintaxis, sino en la inmediatez de las publicaciones. Es por ello que comentó, se debe visualizar en horizonte inmediato en quiénes quedará la misión de verificar los contenidos vertidos en las redes sociales, en tanto que quienes asumen el compromiso de comunicar lo deben hacer con nombre y apellido y no desde el anonimato que utiliza incluso a la inteligencia artificial para propagar rumores que tienen respuestas humanas, reales, con consecuencias terribles.

“Uno escribe desde sus valores, desde sus principios y está obligado a dos cosas. Una, a hacer congruente con los principios, pero la otra es escuchar a la otra parte cuando hay argumentos, si hay insultos para qué. Pero cuando hay argumentos hay que escucharlos, incluso asumirlos de alguna manera. Y otra que no se me va a olvidar, dije que eran dos, pero son tres. La otra que no hay que olvidar nunca es que finalmente hay una base existencial en todo lo que hacemos, y todo es efímero y todo tiene una pérdida al final y tampoco hay que sentirse tanto”.




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Lilia Ovalle
  • Lilia Ovalle
  • Socióloga por la Universidad Autónoma de Coahuila. Periodista desde el año 1999.
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