/
Vendimia de las horas
que espolean en su ausencia
y el cielo es una franja
y su destierro la fractura
de donde deviene el rezo
que se insinúa en la arista
de una hoja en su no escribir
porque por arder
se elevan las lenguas de fuego
que se detienen en la borrasca
y todo arrastran en su crepitar
surtidor de lo baldío
que arrebata
hasta el aliento.