La Muestra Nacional de Teatro (MNT) es la gran fiesta del arte escénico mexicano y este año no ha sido la excepción en Cancún, Quintana Roo, con una organización local increíble a manos de Carlos López Jiménez por parte del Instituto de la Cultura y las Artes del municipio de Benito Juárez, y de Luis Mario Moncada por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes en su papel de coordinador Nacional de Teatro.
La edición 45 de la MNT, como todas las anteriores, representa el momento del año en que artistas de toda la República mexicana toman el pulso al teatro nacional y reflexionan no sólo sobre las tendencias estéticas sino sobre los rumbos de las políticas públicas. Es, también, el lugar de los encuentros e intercambios entre colegas, abre la posibilidad de establecer giras a otras latitudes y permite el flujo de saberes a través de la Feria del Libro Teatral (Felit), entre muchas otras bondades.
Además, por supuesto, para la ciudad sede representa la oportunidad de dinamizar el movimiento cultural de su estado, así como la creación de nuevos públicos. En algunas ediciones de la MNT, esta parte de atraer a los ciudadanos del común —nuestros potenciales consumidores de las artes— ha resultado en fracaso por falta de estrategias de comunicación. Sin embargo, en el caso de Cancún ha sido una gran convocatoria que ha mantenido los teatros y espacios al aire libre con llenos totales, con lo cual el equipo de Carlos López puede estar más que satisfecho. Es un inmenso éxito que le da sentido a la inversión pública.
La obra que abrió la edición 45 de la MNT fue Django con la soga al cuello con la autoría y dirección de Antonio Vega en una coproducción de Por Piedad Teatro Producciones y Teatro UNAM, trabajo estupendo que combina distintos lenguajes escénicos y tecnológicos en una historia sencilla pero profundamente entrañable y con una evidente maestría técnica. La brevedad de mi paso por la MNT no permite hacer un diagnóstico mayor por el momento.
Traspunte
Tributo al maestro Garza Gutiérrez
La entrega de la medalla Xavier Villaurrutia al gran maestro regiomontano Luis Martín Garza Gutiérrez durante la inauguración fue un gesto de reivindicación de un hombre de teatro total que ha dedicado 65 años de su vida al arte escénico. ¡Enhorabuena, querido amigo!