Tula, un nombre que resuena con historia, tradición y un sabor inconfundible, se ha transformado en un epicentro del turismo en Tamaulipas. Este Pueblo Mágico, reconocido por ser la cuna de la emblemática Cuera Tamaulipeca y las deliciosas enchiladas tultecas, está experimentando un crecimiento exponencial en el número de visitantes, consolidándose como un destino imperdible para quienes buscan una experiencia auténtica.
El reciente 408 aniversario de su fundación fue una muestra palpable de este auge. Cientos de visitantes se congregaron en el municipio, ansiosos por sumergirse en su riqueza cultural y sus atractivos.
Registra Pueblo Mágico crecimiento de 82 % en turismo
Benjamín Hernández Rodríguez, secretario de Turismo en Tamaulipas, confirmó que el 2024 marcó un hito para Tula, registrando un impresionante aumento del 82% en el número de visitantes en comparación con el año anterior. Esta cifra no solo refleja un interés creciente, sino que posiciona a Tula como uno de los motores turísticos de la región.
De acuerdo con datos del Sistema Estatal de Afluencia Turística de la Secretaría de Turismo de Tamaulipas, Tula se alzó al cuarto lugar en crecimiento turístico, siendo superado únicamente por gigantes como Ciudad Madero, Tampico y Altamira. Este logro es un testimonio del encanto y la diversidad que Tula ofrece a sus visitantes.
¿Qué hace de Tula un destino tan cautivador?
La oferta es variada y fascinante. Los aventureros pueden disfrutar de un recorrido sin igual a bordo de "La Bestia", una unidad automotriz adaptada que promete un viaje emocionante por sus alrededores. Para aquellos que buscan la tranquilidad y la belleza natural, un paseo por El Arroyo Loco es la opción ideal. Y para deleitar el paladar, la plaza principal invita a probar nieves artesanales con sabores tan únicos como el garambullo, nopal, biznaga y pitaya, una verdadera explosión de la gastronomía local.
Pero Tula no es solo paisajes y sabores; también es historia y espiritualidad. La imponente iglesia de San Antonio de Padua se alza como un testamento de la fe y la arquitectura colonial.
La capilla del Rosario, con su encanto discreto, invita a la reflexión. La Casa Minerva, con sus muros que guardan siglos de relatos, y el majestuoso Cerro de la Cruz, donde se yergue la imponente Cruz de la Esperanza, obra del reconocido artista Sebastián, son puntos de interés que enriquecen la visita y conectan al viajero con la esencia de Tula. Las obras de Sebastián se han convertido en iconos en los municipios del país donde se encuentran, y Tula no es la excepción.
Tula, Tamaulipas un destino único
En definitiva, el incremento sostenido de visitantes a Tula es un claro reflejo del creciente interés en sus atractivos turísticos. Su riqueza arquitectónica, la maestría de sus artesanos y la diversidad de su gastronomía se entrelazan para hacer de Tula un destino único, donde la tradición, la historia y la espiritualidad convergen para ofrecer una experiencia inolvidable. Tula no es solo un Pueblo Mágico; es un destino que late con vida propia, invitando a ser descubierto.
