En la calle Ignacio Rodríguez Galván, en pleno Centro de Tizayuca, algo empezó a cambiar: las banquetas crecieron, los cruces se ordenaron y el tráfico tuvo que aprender a convivir con peatones y ciclistas. No es obra definitiva, sino un ensayo. El municipio decidió probar un pilotaje de Urbanismo Táctico para ver, en tiempo real, si la calle puede funcionar mejor con ajustes sencillos y de bajo costo.
La lógica es directa: si el municipio crece, también crece el caos vial. Y antes de invertir en obras largas o costosas, conviene experimentar. Esa fue la apuesta del gobierno local y de la Secretaría de Movilidad y Transporte de Hidalgo (SEMOTH), que trabajan juntos en el Plan Integral de Movilidad Urbana Sustentable.
En el arranque, la presidenta municipal, Gretchen Atilano, insistió en que el cambio va más allá de pintar líneas nuevas. Según explicó, el objetivo es entender cómo se comporta la calle cuando se le devuelve espacio a quienes caminan, andan en bici o simplemente necesitan cruzar sin jugarse el pellejo. “No es una obra de imagen. Es cambiar la manera en que pensamos la ciudad”, dijo, al recordar que niñas, niños, personas mayores y ciclistas suelen ser quienes más padecen la falta de espacios seguros.
La titular de la SEMOTH, Lyzbeth Robles, añadió que estas pruebas permiten decidir rápidamente si algo funciona o no. También destacó que vecinos de la zona participaron en encuestas y talleres que orientaron el diseño del pilotaje.
Por ahora, la calle luce distinta: esquinas más amplias, trayectos más claros y vehículos obligados a bajar la velocidad. El experimento durará lo necesario para medir resultados. Si funciona, podría convertirse en un modelo para otras calles del municipio. Si no, al menos habrá datos para saber qué sí y qué no necesita Tizayuca para moverse mejor.
