En varias zonas, los vecinos se han organizado para sobrellevar la vida después de la tragedia por las inundaciones. Actos altruistas han marcado la diferencia, aunque falta apoyo oficial. A un mes de las inundaciones en Poza Rica, Veracruz, la emergencia no ha pasado. Aunque ya no hay agua ni lodo en la mayoría de las calles, falta mucho para regresar a la normalidad, porque el drenaje está tapado.
Las colonias Lázaro Cárdenas, Morelos e Infonavit Gaviotas son algunas de las más afectadas por su ubicación cerca del río Cazones, la gente casi no puede usar sus baños o lavar su ropa porque el agua sucia tarda en irse por el desagüe y peor, a veces se les regresa. Los drenajes están tapados con el lodo endurecido que quedó en las tuberías subterráneas.
Polvo abunda en el suelo
En gran parte de las zonas afectadas de la ciudad ya no están los montones de muebles destruidos en las esquinas ni el espeso lodo, lo que sí hay es una densa capa de polvo en el suelo o montículos de basura en puntos como el bulevar Ruiz Cortines, el principal, o la avenida Puebla, que es la entrada a Poza Rica.
Ahí, agencias automotrices, tiendas de conveniencia y otros establecimientos siguen cerrados, olvidados entre montones de basura y de tierra.
Pero el principal problema en estos días es que las autoridades no han desazolvado las tuberías y los vecinos de las zonas populares batallan con los desagües.
Frente a la casa de Briseida Cabrera, en la colonia Lázaro Cárdenas, está, por un lado, una montaña de lodo que su vecina sacó de su patio hace unos días, y del otro, una alcantarilla destapada, desde donde se puede ver que las aguas negras no corren y solo se acumulan.
“En la colonia sigue el lodo y el polvo, los drenajes están tapados, no podemos ir al baño como es ni lavar las casas o la ropa. Todo se regresa”, explicó enojada y triste. “Lo que tenemos que hacer es, con una cubeta, sacar todo lo que está en el baño y tirarlo afuera al drenaje, pero todo se vuelve a llenar”, describió.
En esa colonia, en la calle Ley, al intentar destapar la red de drenaje, se dieron cuenta de que el problema es que cuando se construyeron las casas, hace 50 años, el municipio no puso tubería.
Ingrid Arenal platicó que cuando llueve, en la esquina se inunda y tarda en irse el agua, pero ahora que abrieron el piso de la calle para intentar destapar el caño, se encontraron con una sorpresa.
“Siempre dicen ‘es que las alcantarillas, tal vez se tapan’. ¡No! Ahorita estamos llegando a la conclusión de que es porque el drenaje o la tubería no estaba o estaba colapsada. ¿El agua qué era lo que hacía? Buscaba para trasminarse”, explicó.
Así descubrió que enfrente y debajo de su vivienda hay un socavón que se ha ido abriendo con el paso de los años, con el riesgo de que su casa colapse.
A unas calles, en la casa de la señora Socorro Soumaya ya tampoco hay lodo dentro de su casa, donde vive con hijos y nietos. El problema es su patio, un jardín trasero, en donde hay una capa de lodo endurecido que, calcula, tendrá unos 30 centímetros de grosor y que pretende mover cuando esté más sólido.
Recuerda cómo su calle, en la que ha vivido desde que tiene memoria, estaba intransitable hace unos días porque los muebles destruidos de todos sus vecinos estaban amontonados entre lodo y basura. Ahora ya solo queda el polvo.
“Ahorita donde quiera está la polvazón, ahorita en realidad hay que salir con cubrebocas y todo eso porque levanta mucho el polvo y es lo que quedó”, dice.
Los camiones municipales de recolección de basura se han tardado en pasar por esta colonia. Y la gente ha comenzado a dejar bolsas de basura en las esquinas, lo que propicia que no termine de verse en orden.
Necesidades básicas
En la colonia Infonavit Gaviotas, la familia de la señora Clara Facundo tiene que ir a casas de familiares para hacer del baño y lavar algunas prendas.
“Yo voy con una tía que tiene su drenaje un poco liberado, porque en mi casa tengo que aguantarme. Puedo ser así del uno, porque es agua, pero para ir al baño y lavar, con mi tía”, platicó mientras caminaba entre las calles llenas de tierra.
En su casa, ha destapado sus coladeras para intentar liberar la tubería, pero los esfuerzos son pocos comparado pues casi toda está obstruida, sin que puedan verse a autoridades haciendo algo para solucionar el problema.
Álamo Temapache: el panorama es similar
Calles llenas de lodo seco que los vientos del norte del frente frío número 14 han convertido en nubes tóxicas; banquetas intransitables, calles sin agua y luz en varios puntos.
Allí la ayuda oficial tardó en llegar, lo hicieron primero las personas altruistas. Vecinos del Barrio de las Flores lamentaron que después que se retiró la Marina y el Ejército, el apoyo para la limpieza también se fue. Ni un camión vactor para limpiar los drenajes; tampoco pipas con agua para asear.
Más fácil se organizaron y comenzaron a lavar con el agua del pozo de un vecino, que al menos para eso sirve, pues a beber o bañarse con ese líquido no se atreven.
Lo que vivieron no lo podrán olvidar nunca en su vida, y peor ante la ausencia de autoridades que alertaran a la población para poner a salvo sus pertenecías y ellos mismos buscar refugio seguro. Y mientras los habitantes de Álamo limpian, el ayuntamiento se dedica a pintar las jardineras para que la entrada a la capital mundial de la naranja luzca bien, como si nada hubiera sucedido.
yc
