En los últimos años se ha registrado un aumento significativo en la cantidad y la demanda de crematorios para mascotas, situación que se presenta tanto a nivel nacional como en la región Lagunera, tendencia que ha sido impulsada por el cambio cultural que ha tenido la sociedad.
La humanización de las mascotas, que ahora son consideradas, legal y emocionalmente, como miembros de la familia, ha sido uno de los factores que ha generado esta demanda.
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En ciudades grandes como la Ciudad de México existe una tendencia marcada en cuanto al servicio de crematorios, con un crecimiento que va del 15 al 22 por ciento al año.
En el caso de La Laguna, aunque pocos, este crecimiento ha sido significativo, pues desde hace algunos años se tiene un registro de apertura de por lo menos siete crematorios para mascotas, entre ellos el que corresponde al municipio.
Hace once años, en un tiempo en que la pérdida de una mascota no era considerada con la misma importancia que la de un ser humano, nació en Torreón Huellitas con Alas, el primer crematorio para mascotas en la región Lagunera, que ha sido parte de este cambio cultural y que ha tenido un crecimiento exponencial, asegura Sergio Oviedo, encargado de operaciones.
“Cada año el número de cremaciones aumenta. Si iniciamos con diez o veinte al mes, hoy es hasta siete veces más. Estimamos un crecimiento de alrededor del 300 por ciento en once años”.
Este crecimiento se sustenta en la confianza y garantía, pues lamentablemente se ha sabido de otros lugares donde se tiran a los perros y se entregan cenizas falsas.
“Lamentablemente hemos sabido de casos en otras ciudades donde entregan cenizas falsas o mezcladas”.
La evolución de las relaciones interpersonales, el postergar la maternidad y el matrimonio, es una tendencia en la que los jóvenes optan por no tener hijos y encargarse de cuidar otros seres, al tiempo que se propicia compañía como la de los gatos y los perros.
A partir de la pandemia por COVID-19 y el confinamiento que se vivió, la relación y convivencia en los hogares entre las personas y las mascotas se fortaleció, por lo que se considera que a partir de esa fecha se incrementó aún más la necesidad de estos servicios de cremación, asegura Adriana Hernández, tanatóloga y propietaria del crematorio Huellitas con Alas.
“El estar confinados con nuestras mascotas nos creó ese vínculo aún más fuerte, porque a veces lo único que teníamos a nuestro lado era la mascota y, si llegaba a morir, buscaban darle lo mejor”.
A partir de esa fecha se reflejó un mayor número de cremaciones, debido a que los propietarios de mascotas han tenido una mayor conciencia sobre el trato a los animales.
Regulación y cuidado ambiental
Además del compromiso con las familias para brindar un servicio de calidad, el crematorio opera bajo estrictas normas ambientales y sanitarias.
La empresa opera bajo estrictas regulaciones estatales y municipales, de Protección Civil y de Medio Ambiente (SEMA).
“Cumplimos con todos los permisos municipales, de Protección Civil y de Medio Ambiente. En SEMA nos regulan las emisiones al medio ambiente, nos hacen un muestreo y hemos estado muy por debajo de lo que indica la norma de legislación de emisiones”.
Sergio Oviedo, encargado de operaciones, manifiesta que se opera bajo estrictas regulaciones, sobre todo en materia de medio ambiente, por lo que sus hornos crematorios son de última generación y amigables con el medio ambiente. Incluso ofrecen urnas biodegradables elaboradas con fibra de nopal y coco, pensadas para que las cenizas puedan convertirse en parte de una planta o jardín.
“Eso nos permite operar con tranquilidad, por estar dentro de todas las especificaciones que piden las distintas autoridades, y sobre todo para que la gente sepa que llega a un lugar responsable”.
Protocolo y servicio
En La Laguna hay un promedio de dos a tres mascotas por familia, lo que ha desarrollado más servicios especializados, entre ellos el servicio de cremación, lo que ha obligado también a ofrecer atenciones más extensas, señala Sergio Oviedo.
“Nosotros hemos aprendido que hay que dar servicios más extensos, de 24 horas, porque la gente no debe esperar; al momento en que su mascota fallece, estamos ahí para apoyarlos”.
Adriana González señala que Huellitas con Alas no solo ofrece el servicio de cremación, sino una atención integral de despedida. El espacio cuenta con salas donde las familias pueden pasar un momento privado con su mascota antes de la cremación.
“Contamos con áreas de despedida, donde la familia puede colocar a su mascotita, decirle gracias y cerrar su ciclo con ella”.
El proceso está diseñado con protocolos de respeto y transparencia. La cremación es individual y tarda entre una y dos horas.
Se ofrece el servicio de recolección del cuerpo en el domicilio o veterinaria; se documenta la mascota y se pesa para programar correctamente el horno crematorio.
Acompañamiento emocional
El acompañamiento emocional es otro de los servicios que se ofrecen con la cremación. Bajo el concepto Tanatopet, Adriana Hernández brinda orientación y apoyo a las familias que atraviesan el duelo por la pérdida de su mascota.
“Empezamos a trabajar con esto porque era importante que las familias supieran y darles herramientas para vivir el momento de la pérdida. Cada mes hacemos una reunión por Zoom donde las familias pueden compartir su experiencia. Es una red de apoyo muy bonita”.
Como una forma de aligerar la carga emocional y económica en un momento de vulnerabilidad, se ofrece el PreviPet, un plan de previsión a través del cual la familia puede pagar el paquete en meses, garantizando que, llegado el momento, el servicio esté cubierto, indica Sergio Oviedo.
“Recomendamos hacerlo cuando la mascota está sana. Es mejor tenerlo y no necesitarlo, que necesitarlo y no tenerlo”.
El desarrollo de diversos productos ha evolucionado el mercado, por lo que se ofrecen urnas de diversos materiales, formas y colores, entre ellas: urnas en forma de perro, de corazón, urnas de madera, de mármol, así como las urnas biodegradables que pueden ser utilizadas en el mar, en jardines o en ríos.
De igual manera, existen dijes de plata y acero inoxidable en donde se depositan parte de las cenizas de la mascota, ya que para muchas personas es un recuerdo importante que quieren llevar con ellas.
Al entregar la urna, también se les otorga un certificado de cremación con la huella de su mascota y su fotografía, detalles que, señala, aparentemente son pequeños, pero representan mucho para los dueños.
Además, se obsequia una hoja con el cuento del Puente del Arcoíris, una metáfora que reconforta a las familias al imaginar la reunión con su mascota en otro plano.
Proceso de cremación
El tiempo de cremación de una mascota tarda entre una y dos horas, ya que el horno puede llegar hasta los mil 100 grados; sin embargo, no se llega a esa temperatura, debido a que la estructura ósea se calcina a los 700 grados.
El proceso tiene tres etapas. La primera, explica Sergio Oviedo, es la deshidratación con los primeros grados de temperatura; después se empieza a calcinar la masa muscular y, en los 400 grados, el horno empieza a trabajar directamente sobre la estructura ósea.
“Lo que vamos a recibir al final de la incineración es la estructura ósea, porque lo que es la grasa y la masa muscular desaparece y lo que queda son los huesos. Muchas veces son mascotas de huesos delgados y no resulta tanto como uno puede esperar, pero todo se entrega”.
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Las cenizas no tienen agentes infecciosos ni contaminantes, por lo que se pueden manipular y retener en casa; no hay secuela de alguna bacteria o virus en el caso de la cremación, contrario a cuando la mascota es sepultada.
Los crematorios para mascotas tienen como finalidad garantizar una muerte digna y con calidad para los “peluditos” que han sido leales y cariñosos compañeros de vida.
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