Con motivo del Día de Muertos, Luis Amaton y su familia, habitantes de la colonia Fraccionamiento La Victoria en Guadalupe, prepararon un altar para recordar a sus seres queridos, una tradición que han mantenido viva desde hace cuatro años.
“Hace 4 años que falleció mi papá y bueno el siguiente día de muertos empezamos a poner el altar cada vez era un poco más chico y lo haremos un poco más grande más grande y bueno ya este año quedó así”.
El altar, que se este año alcanzó una mayor dimensión y detalle, es resultado de semanas de trabajo y planeación familiar.
“Brindarles en su día un festejo el traerlos a que nos vengan a visitar aquí a la casa y pues así lo vamos preparando cada año tratamos de ponerle algo diferente algo novedoso y si es mucha dedicación que tenemos aproximadamente un mes para prepararlo todo y realizarlo todo.”
La preparación inicia con anticipación, desde la creación de elementos decorativos hasta la adquisición de materiales tradicionales.
“Desde un mes antes empezamos a preparar lo que son las catrinas empezamos a hacerlas y todo y luego vamos a empezar a comprar todas las cosas lo que es el aserrín el papel picado las flores y todo.”
“Es muy parecido a lo que hacen las piñatas y utilizamos lo que es el cartón el engrudo utilizamos bases de pvc todo es pintado a mano.”
Entre los elementos del altar, destacan los alimentos y bebidas favoritas de sus familiares fallecidos, colocados como ofrenda en su memoria.
“Bueno lo que es un refresco, café que la mayoría les encantaba el café, cerveza, mi papá le gustaba mucho el tequila, a mi suegra le gustaba el café, el pan de muerto, las calaveritas de azúcar, como pueden ver de este lado y pues el mole arroz un caldito de res que era lo que más les gustaba a nuestros seres queridos que ya no están con nosotros.”
Amaton y su pareja participan cada año en la colocación y arreglo del altar, una actividad que combina trabajo artesanal, dedicación y significado familiar. Parte del material utilizado lo adquieren fuera de Monterrey.
“Normalmente vamos a principios o a mediados de octubre a Ciudad de México y ahí es donde compramos todo más que todo porque hay más variedad que aquí en Monterrey, aquí en Monterrey a veces tratamos de conseguir pero casi siempre es lo mismo y allá tenemos mucho más variedad y en cuestión de costos es más económico.”
“Si, documentamos todo, nos traemos en avión este año nos trajimos seis maletas todas venían tupidas.”
La tradición también refleja influencias culturales de distintas regiones del país, en especial de Oaxaca, de donde proviene parte de la familia de su pareja.
“A mi pareja le gusta mucho, lo que es su mamá de Oaxaca entonces toda esa cultura y todo es algo que desempeña mucho y se da ya en Oaxaca utilizan lo que es el papel de china el papel picado todo eso y aparte le da como un ambiente más bonito más cálido.”
Cada año, la familia Amaton renueva su altar no solo como parte de la celebración del Día de Muertos, sino como una forma de mantener viva la memoria y el vínculo con sus seres queridos.
grt