A unos metros de la autopista México-Puebla, en San Miguel Xoxtla, la familia Sánchez Zapata, logró cosechar tres tipos de flor de cempasúchil con la primera siembra agro orgánica en casi tres hectáreas de terreno.
El objetivo de estos poblanos es el rescate del campo, por lo que con este sistema de producción agrícola que prioriza la salud del suelo, los ecosistemas y a las personas, lograron que se diera esta flor a solo unos minutos de la ciudad de Puebla y a escasos metros de algunas industrias.
En entrevista para MULTIMEDIOS Puebla, el señor Giovani Zapata relató que durante cuatro meses, cuatro integrantes de su familia han trabajado el terreno y cuidado para la etapa de crecimiento, poda y riego temporal para el primer corte de flor.
“Con mucho esfuerzo, amor y cariño, para nuestros antepasados y la gente a la que nosotros le llevamos este tipo de flor para sus fieles difuntos, tiene que ser una flor de calidad y demostrar que efectivamente la flor sí se da, quisimos ya cambiar una técnica porque lamentablemente el campo mexicano sin químicos no se está dando, entonces demostramos que con productos naturales, con compuestas y todo eso, sí se logra”.
Hasta el momento han comercializado 520 maletas de flor y, en próximas semanas, durante las celebraciones de Todos Santos, esperan llenar tres tráilers que serán distribuidos a otros estados.
“En el estado de Jalisco mandamos desde aquí, desde San Miguel Xoxtla, mandamos a Monterrey, una parte se creó en Atlixco, se fueron 100 maletas al estado de Guerrero “.
Desde mayo prepararon el terreno en el que se dio la flor de cempasúchil rellena, la tradicional de color naranja radiante y una color amarilla, mediante el riego temporal y la técnica de poda, lograron que el tallo tuviera un crecimiento de hasta dos metros y medio; sin embargo, se enfrentaron a la canícula, exceso de lluvia y la contaminación de las empresas.
“Nos enfrentamos a muchas adversidades como el agua, porque se nos tuerce el pie por el campo que está disparejo, nos enfrentamos a estas plagas que son de chapulín y estos mayates que nos comen mucho la flor, entonces, hay que estar pendiente para que sobreviva la flor y para que tengamos para sobrevivir nosotros”, dijo doña Judith Sánchez, madre de Giovani.
En lo que resta de 2025, explorarán el terreno para que el próximo año puedan sembrar esta flor en al menos 20 hectáreas y heredar el amor por el campo a las nuevas generaciones, quienes ya se vieron inmersas en este proceso totalmente natural en beneficio de la economía local y el cuidado al medio ambiente.
AAC