El anuncio parecía demasiado bueno para ser verdad: un departamento moderno, ubicado en una zona céntrica de Guadalajara, a mitad del precio del mercado. Pero era una trampa. Con una transferencia se promete el arriendo, pero después de enviar el dinero, el promotor desaparece.
Historias como ésta se repiten con frecuencia en Jalisco, particularmente en municipios como Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, donde la alta demanda de renta de inmuebles contrasta con la escasez de vivienda con precios y requisitos accesibles.
Se trata de un fraude cada vez más común que afecta a jóvenes y personas adultas mayores, quienes, en su necesidad de mudarse, terminan siendo víctimas de estafas a través de redes sociales, donde se promocionan los inmuebles, o incluso mediante llamadas telefónicas dirigidas.

El modus operandi suele ser el mismo: publicar casas o departamentos en zonas de alta demanda a precios bajos para captar la atención de personas con necesidad urgente de vivienda.
Una vez que las víctimas muestran interés, el defraudador alega que no puede mostrar la propiedad de inmediato porque tuvo un accidente, está fuera de la ciudad o hay mucha gente interesada, y presiona para que realicen un depósito como “apartado”.
Después del depósito, ya no vuelve a responder
La alta demanda de inmuebles en renta y los elevados costos en la ciudad plantean el escenario perfecto para este tipo de fraudes, con personas desesperadas por conseguir una casa o departamento con un precio accesible y una ubicación acorde a sus necesidades.
El acceso a la vivienda en la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG) se ha vuelto considerablemente más difícil para la mayoría de la población.
Desde 2005, el precio de las viviendas en la región aumentó un 273 por ciento —es decir, un 58 por ciento por encima de la inflación— mientras que los salarios reales han disminuido un 37 por ciento, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF).
Este fenómeno ha limitado el acceso a la vivienda para amplios sectores de la población, especialmente jóvenes y trabajadores informales, quienes enfrentan mayores obstáculos para cubrir el costo de una casa digna con sus ingresos.
Además, no basta con tener el dinero para arrendar un inmueble en el estado. La mayoría de las veces, los propietarios o inmobiliarias solicitan depósitos excesivos y un aval con propiedad libre de gravamen en la ZMG, condición que no cualquiera puede cumplir.
Por eso, una vivienda a precio bajo, bien ubicada y sin tantos requisitos se convierte en el gancho perfecto para atraer víctimas.

Redes sociales, espacio idóneo para fraudes
No se trata de un caso aislado. “En 2024 atendimos aproximadamente 450 casos de fraudes por renta o compraventa de inmuebles solo en nuestro bufete, y sabemos que no somos el único en Guadalajara. Es un fenómeno generalizado”, afirma el abogado David Solano González, parte del Colegio de Abogados en Pro de la Excelencia.
Los estafadores operan principalmente en redes sociales, donde publican inmuebles en zonas de alta demanda a precios notablemente bajos.
El engaño se concreta cuando solicitan depósitos anticipados para apartar la vivienda, para luego desaparecer sin dejar rastro.
“El modus operandi más común es en Facebook Marketplace, donde publican propiedades económicas, piden depósito y ya no vuelven a contestar. Muchos no denuncian porque el costo legal a veces es más alto que lo perdido”, explica Solano.
Aunque también se han documentado casos de fraudes de alto impacto, donde las víctimas entregan cantidades millonarias por casas que ni siquiera existen legalmente, la mayoría de las denuncias se relaciona con rentas menores. El golpe emocional y económico es igual de fuerte.
“En ocasiones se trata de personas jubiladas. Les marcan directamente, lo que nos hace pensar que hay filtración de datos sensibles. Les ofrecen propiedades atractivas y, por desconocimiento, caen”, alerta el abogado.

El alto costo de denunciar
El proceso legal para denunciar y rastrear a los responsables es largo y costoso.
Según el abogado, los casos se canalizan a la Fiscalía Estatal a través de la Unidad de Delitos Patrimoniales, con apoyo de la Policía Cibernética. Pero en la práctica, hay más obstáculos que resultados.
“Muchos delincuentes utilizan VPN, identidades falsas y cuentas bancarias prestadas. A veces ni siquiera están en Jalisco. Rastrearlos es sumamente complejo. Hay que acreditar el fraude, obtener una orden judicial y solicitar a los bancos la información, pero si no hay datos reales del estafador, se complica aún más”, explica Solano.
Para proceder con la denuncia, la víctima debe recopilar todas las pruebas posibles: capturas de pantalla del anuncio, comprobantes de depósito, conversación con el supuesto arrendador y ubicación del inmueble, aunque este sea falso.
Aunque el delito se configura legalmente como “fraude”, el porcentaje de casos exitosos es muy bajo.
De los asuntos relacionados con compraventas fraudulentas que atendió el bufete en 2024, solo cerca de 50 lograron resolverse favorablemente, reconoce.
“Eso no llega ni al 50 por ciento. Yo no soy un abogado que les dice a los clientes lo que quieren escuchar. Les digo la verdad: muchas veces es más caro litigar que lo que perdieron. Por eso les pedimos que antes de firmar o depositar se asesoren”.
Una consulta legal puede costar entre 500 y mil pesos. Para el abogado, es una inversión mínima que puede evitar una pérdida mucho mayor. “A veces por ahorrarse un poco, terminan perdiendo todo. Lo mejor es siempre acudir con un abogado de la materia, como lo harías con un médico especialista”.

“Solo quería una casa para vivir con mis hijos”
Alejandra es madre soltera de tres niños. Buscaba desesperadamente un lugar para vivir junto a ellos. La situación económica era complicada y se apoyó en grupos de Facebook donde se promocionan casas en renta y venta, con la esperanza de encontrar una opción asequible menor a los 3 mil 500 pesos mensuales. Ahí se convirtió en una de las tantas víctimas de fraude.
“Lo que pasa es que yo puse que buscaba casa y la chica me contactó en privado que ella tenía una casa”, relató, con una evidente frustración por lo ocurrido.
La mujer que la contactó se mostró empática con su situación desde el principio, y le dijo que la propiedad estaba en 4 mil pesos mensuales, pero que podría negociar con su familiar para que pudiera bajar el precio.
Confiando en su buena fe, le explicó que era una madre soltera y trabajadora en busca de un hogar digno para sus hijos. “Le dije que no se preocupara, que era una gente de confianza”. La presunta arrendadora la convenció de hacer un depósito de mil pesos para apartar la vivienda. “Ella me cobraba cuatro mil, le deposité mil”. El temor de perder la oportunidad de rentar la casa fue mayor al de ser víctima de un fraude.
Después del pago, acordaron verse en un domicilio para conocer la propiedad. Llegó al domicilio, pero se encontró con una sorpresa: estaba habitado. Intentó comunicarse con la mujer a la que hizo el depósito, pero ya nunca supo de ella.
“El nombre que me dio para depósito al nombre que ella tiene en el Facebook no es el mismo; de los dos contactos que le mandé mensajes, ninguno me contestó tampoco, y no, pues no me dijo nada, nomás quedó en que llegaba en diez minutos y nunca llegó”.
Hoy, Alejandra no solo enfrenta la angustia de seguir buscando un hogar para sus hijos, sino también la frustración de haber confiado en una persona que se aprovechó de su necesidad.
“Yo solo quería una casa para vivir con mis hijos, pensé que había encontrado una oportunidad y me estafaron”, dice con resignación.
Su historia, como la de muchas otras víctimas, es una llamada de atención para quienes buscan vivienda por internet.

Roban el dinero y hasta la identidad
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) ha emitido varias alertas sobre este tipo de fraudes, que se han multiplicado en redes sociales.
En algunos casos, incluso solicitan una copia del INE con el argumento de iniciar el trámite de arrendamiento. Luego de recibir el dinero, bloquean a la víctima en redes sociales y desaparecen con el dinero y los datos personales.
Advierte que entregar documentos oficiales o hacer transferencias sin garantías puede exponer a las personas no solo a fraudes económicos, sino a otros delitos como el robo de identidad. También pide a la población desconfiar de ofertas con precios muy por debajo del promedio en zonas urbanas de alta demanda, pues generalmente se trata de engaños.
El representante del Colegio de Abogados en Pro de la Excelencia llama a desconfiar de rentas con precios demasiado bajos, no entregar dinero sin ver la propiedad físicamente, pedir a la persona ofertante documentos que acrediten la propiedad, consultar en el Registro Público si la persona es propietaria del inmueble, guardar evidencia de las conversaciones y pedir asesoría legal antes de firmar contrato.
El fraude por rentas falsas no solo deja a las víctimas sin su dinero: también deja una huella emocional y una desconfianza profunda en el sistema.
OV