Para Rosa, la contingencia del covid-19 ha representado todo un reto el vivirlo desde las calles, siendo una de las responsables de la limpieza de la ciudad, su empleo le demanda una actividad esencial que sobrelleva con guantes y cubrebocas para protegerse.
“No me puedo quedar en casa, yo pues a ver cómo le hago pero yo tengo que estar al pie del cañón hasta que digan, ya se terminó, digan todo sigue a la normalidad, adelante, estar felices y darle gracias a Dios” platicó Rosa María Paredes, trabajadora del Sistema Integral de Aseo Público, que se encarga de mantener libre de basura la zona 1 de la capital del calzado.
Antes de que salga el sol, ella porta su overol con mucho orgullo, pese a que tiene apenas 2 meses de haber ingresado, en su ruta se ha encontrado con personas de todo tipo, desde los que ofenden, hasta los que aplauden su labor.
“Hace poco me dijo una señora, que me felicitaba, me dijo: “que valor el de usted de seguir adelante, estar aqui laborando y nosotros no entendemos. Porque si también tenemos que echar la basura en su lugar, están contribuyendo”.
Al igual que el resto de sus compañeras, su lugar de origen les queda retirado, ella es vecina de la colonia San Pedro de los Hernández desde las 6 de la mañana abandona su hogar para tomar el camión y alcalzar a barrer desde el bulevar Adolfo López Mateos, continúa en 5 de mayo, después Pedro Moreno hasta concluir en el Teatro Manuel Doblado.
“No me da miedo el covid, pero hay que aceptarlo, si nos toca, bueno, pero si hay manera de cuidarse y protegerse, adelante. No es nadamás de dejarlo así”
Desde el primer día, fue dotada de equipo de protección personal el cual incluye sus guantes, cubrebocas y mascarilla, “nos han cuidado, mis encargados nos preguntan a ver cómo andan, cómo se sienten y si hay algún problemita, hasta ahorita ninguno” concluyó.