Todos los días, Jovanni Hernández, de 11 años, se levanta a primera hora, se lava la cara, se peina su cabello alborotado, amarra sus agujetas, se coloca el cubrebocas y se unta gel antibacterialen las manos a fin de ayudar a su padre a vender Serpientes y Escaleras en la calle y así ayudarlo con los gastos y el hambre originados por la pandemia del covid-19.
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Jovanni y su padre, Jorge Hernández, viajan desde Guadalupe al centro de Monterrey; llegan alrededor de las 10:00 al crucero de la avenida Venustiano Carranza y Francisco I. Madero.
Ambos relatan que un día, al instalarse, un hombre les dijo que “ese era su punto” y que se fueran a buscar otro lugar para vender sus juegos.
Jorge habló con el señor, quien afirmó que tenía más de 20 años limpiando vidrios en ese crucero. Finalmente, Jovanni y su padre colocaron una bolsa con unos 10 juegos de mesa en una parada de camión para comenzar a venderlos.
Su rutina es sencilla: padre e hijo se turnan cada que cambia el semáforo en plena avenida, para caminar entre los carros encendidos que esperaban luz verde y ofrecerles sus productos, antes de que los conductores arranquen.
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A pesar de que su objetivo es ayudar a su padre, quien ya no pudo instalarse en los mercados rodantes a vender debido a que fueron prohibidos por los gobiernos municipales para evitar contagios de coronavirus, Jovanni relató a MILENIO Monterrey, con el consentimiento paterno, que de grande quiere ser futbolista profesional para los Tigres de la UANL, pues afirma ser un crack para jugar futbol en los recreos de la escuela, cuando se iba a clases de manera presencial y no en línea.
El menor, que cursa el quinto grado de primaria, reconoció que es la primera vez que ayuda a su padre, quien tuvo que buscar otras opciones; sin embargo, debido a la pandemia optó por echarle una mano.
¿Cómo te va en la escuela?
Pues… medio bien, sacó sietes y ochos, me gusta más salir a jugar futbol. No tengo una materia favorita, pero mi jugador favorito es André-Pierre Gignac.
(Yo les digo a los niños de Nuevo León) que se porten bien y usen cubrebocas, porque el virus (covid-19) hace daño, eso dicen.
Cómo ves a tu país, ¿qué crees que le falta?
Mal. Le falta más paz, amor, tolerancia, valores… aunque las personas que pasan por aquí (en el crucero) son amables.
El padre del niño indicó que de él dependen dos hijas y su esposa, además de Jovanni, por lo que tiene que salir a la calle a buscar “el pan”.
“Uno tiene que rifársela día a día para sacar para la papa.
“La mera verdad, no tengo trabajo y está muy competido por todos lados, hasta en los semáforos te la hacen de bronca porque tienen tantos años trabajando y uno trabajaba en mercado y venir a otro ramo que no conoces pues ‘ta canijo por todos lados”, narró Jorge en la vía pública.
En el mismo cruce había otros dos pequeños, una niña y un niño de aproximadamente 12 y 7 años, respectivamente, quienes no pudieron responder a las preguntas debido a que alegaron que hablaban poco español, pues su lengua materna era el otomí, dijeron.
El 10 de junio de 2019, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que en Nuevo León el 5.4 por ciento de los menores de edad trabaja, mientras que el 77.1 por ciento realiza actividades no permitidas por la ley.
El Inegi subrayó que, además, el 42.5 por ciento de los menores que trabaja en la entidad no asiste a la escuela ni recibe instrucción alguna.
