Ciencia y Salud

Afirman que es posible tener una larga vida pese a tener Parkinson

Aunque se cree que solo aparece en personas de edad avanzada, el neurólogo Daniel Martínez apuntó que cada vez es más común detectar casos en menores de 50 años.

La enfermedad de Parkinson ya no es un padecimiento de adultos mayores. En México y en el mundo, cada vez más personas menores de 50 años reciben este diagnóstico que, aunque todavía no tiene cura, sí permite una vida plena cuando se detecta a tiempo. El neurólogo Daniel Martínez lo explica con claridad: “(Con) el Parkinson se puede vivir bien, se puede vivir un buen tiempo. Es importante que la gente lo sepa”.

La enfermedad, descrita hace más de dos siglos, se caracteriza por el temblor, la rigidez y la lentitud de movimientos. Pero hoy se sabe que es mucho más compleja. Martínez aclaró que no solo afecta al cuerpo, sino también al ánimo y al funcionamiento interno.

“Además de los síntomas clásicos, hay cambios gastrointestinales, alteraciones en la presión arterial, pérdida del olfato, depresión, ansiedad y trastornos del sueño. Es una enfermedad degenerativa que progresa con el tiempo y afecta diferentes sistemas del cuerpo”, dijo.

El médico indicó que el diagnóstico temprano marca la diferencia. Reconocer las señales iniciales puede cambiar el curso de la enfermedad.

“Un cambio en la voz, una escritura más pequeña, estreñimiento, depresión o pérdida del olfato pueden ser señales tempranas. No basta con tener uno, pero cuando coinciden varios, vale la pena consultar al especialista”, señaló, y expuso que el temblor es el síntoma que más alarma provoca.
“Definitivamente es el más común. Hace que la persona vaya al médico sí o sí”, aunque advirtió que no todo temblor es Parkinson.
“Hay muchas causas posibles: efectos de medicamentos, alteraciones metabólicas, problemas de tiroides, deficiencias de vitaminas, estrés o incluso un trastorno llamado temblor esencial. El temblor es un síntoma, no una enfermedad”, precisó.

Desde el punto de vista biológico, el Parkinson ocurre por la pérdida de neuronas que producen dopamina, una sustancia que permite la coordinación de los movimientos. Pero el especialista explicó que esta alteración llega tarde al diagnóstico.

“Cuando los síntomas motores aparecen, el cerebro ya perdió muchas neuronas. Antes de eso ya hay otras afectadas, como las que producen serotonina o noradrenalina, lo que explica la depresión o los problemas digestivos”, señaló.

El doctor Martínez confirmó una tendencia preocupante: el Parkinson crece más rápido que cualquier otra enfermedad neurodegenerativa.

“Si fuera una infección, la llamaríamos pandemia. Y no se debe solo al envejecimiento. Cada vez lo vemos en personas más jóvenes. Creemos que el ambiente tiene mucho que ver: lo que comemos, lo que respiramos, los productos a los que estamos expuestos”, dijo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los casos de Parkinson se han duplicado en los últimos 25 años y se estima que más de 8.5 millones de personas viven con el diagnóstico.

Estudios recientes señalan que pesticidas, solventes industriales y metales pesados aumentan el riesgo. Martínez coincidió con este apunte.

“Definitivamente hay un factor ambiental importantísimo. Hay una pequeña proporción hereditaria, de alrededor del 10 por ciento, pero el resto está relacionado con cómo vivimos”, declaró. Frente al diagnóstico, el neurólogo subraya que el primer paso no es médico, sino emocional.
“Lo más importante es aceptar. Es un cambio de vida para los próximos 15 o 20 años. Después viene la responsabilidad: informarse, ejercitarse, comer bien y mantener una red familiar de apoyo. Todo eso influye tanto como el medicamento”, sugirió.

El tratamiento combina diferentes estrategias: medicamentos que reemplazan la dopamina, terapias físicas y del habla, y en algunos casos, cirugía. Una de las más avanzadas es la estimulación cerebral profunda, que consiste en implantar un pequeño dispositivo dentro del cerebro.

“Funciona como un marcapasos. Envía impulsos eléctricos que regulan los circuitos neuronales y mejoran los síntomas”, explicó.

Aunque el Parkinson sigue siendo una enfermedad progresiva, el pronóstico cambia radicalmente con atención oportuna.

“De que se puede vivir con un camino aceptable y funcional por mucho tiempo, se puede. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, junto con lo que haga la persona en casa, son claves”, subrayó, y habló de prevención.
“Pensamos que nosotros mismos provocamos el Parkinson. Por eso hay que dormir bien, entre siete y ocho horas, hacer ejercicio diario, comer sano y lavar bien los alimentos. Hay contaminantes, pesticidas y solventes que se acumulan con los años y pueden influir”.

Finalmente Daniel Martínez envió un mensaje directo: “El Parkinson es difícil, pero se puede vivir con él. Hay que quitar mitos, quitar estigmas y crear conciencia. No todo está perdido cuando aparece el temblor; lo peor es ignorarlo”.

Para tener en cuenta sobre el Parkinson

Existen muchos mitos alrededor de la enfermedad de Parkinson; estos son algunos puntos para comprenderla:

  • La enfermedad de Parkinson va más allá del temblor y la rigidez.
  • Se trata de la enfermedad neurodegenerativa de mayor crecimiento mundial.
  • El diagnóstico temprano es clave para vivir bien con Parkinson.
  • Hay factores ambientales que desencadenan la enfermedad.
  • El tratamiento integral abarca desde el ejercicio hasta la estimulación cerebral.


nrm

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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