La odontología mexicana vive una transformación impulsada por innovaciones tecnológicas que permiten detectar caries con más de 95 por ciento de precisión, fabricar prótesis personalizadas en minutos y reducir hasta en 40 por ciento el tiempo de tratamiento en clínicas que ya adoptaron estas herramientas.
“Hoy podemos sustituir las impresiones tradicionales por escaneos intraorales que posibilitan planificaciones en 3D con máxima precisión y entregas de tratamientos completos en cuestión de horas”, explicó Livia Moretti, especialista en odontología y responsable de educación clínica para América Latina en Dentsply Sirona.

Innovación digital y precisión milimétrica
En entrevista con MILENIO, Moretti detalló que la inteligencia artificial es un aliado clave para el diagnóstico temprano.
“Con los nuevos algoritmos, detectamos lesiones incipientes con más certeza, analizamos radiografías de manera avanzada y podemos predecir riesgos personalizados que ayudan a diseñar tratamientos preventivos”, dijo.
La impresión 3D también ha cambiado la práctica odontológica. “Nos permite fabricar prótesis inmediatas, alineadores personalizados y guías quirúrgicas con una exactitud que antes era impensable. Esto hace que los tratamientos sean más predecibles, menos invasivos y más accesibles para los pacientes”, agregó.
La especialista subrayó que estas innovaciones no solo transforman la precisión técnica, sino la experiencia del paciente.
“Cuando un paciente ve en la pantalla su propia boca en 3D y comprende el alcance del tratamiento, la confianza aumenta y la aceptación del plan se vuelve mucho más fácil”, afirmó.
También destacó el impacto económico de la tecnología. “Un procedimiento que antes podía llevar semanas de visitas ahora se puede resolver en horas. Eso significa menos tiempo en la silla del dentista, menos traslados y menos costos asociados para las familias”, explicó.
En el campo quirúrgico, la regeneración ósea guiada y los biomateriales avanzados representan un paso adelante.
“Hoy logramos tasas de éxito de hasta 95 por ciento en regeneración ósea, frente al 70 por ciento con técnicas tradicionales. Esto cambia la vida de los pacientes que requieren implantes y evita complicaciones a largo plazo”, señaló.
La integración digital también favorece la colaboración entre especialistas.
“Con plataformas como DS Core podemos compartir imágenes, diagnósticos y planes de tratamiento en la nube, lo que abre la puerta a consultas multidisciplinarias incluso a distancia. Así, un paciente en una zona rural puede beneficiarse de la experiencia de expertos en grandes ciudades”, puntualizó.
Sobre las herramientas digitales más recientes, la especialista señalo que “con el PrimeScan 2 y la conectividad en la nube de DS Core, trabajamos bajo el concepto de ‘ver para creer’.
“El paciente puede ver imágenes claras en tiempo real, lo que genera confianza y facilita la aceptación del tratamiento. Además, podemos compartir la información entre profesionales de forma segura y colaborar para optimizar diagnósticos y planes de tratamiento”.
La tomografía de alta resolución con baja radiación, junto con fresadoras e impresoras 3D, completa un ecosistema digital que redefine la precisión clínica y la experiencia de los pacientes.
Una enfermedad que afecta a más del 90% de la población
La especialista advirtió que, pese a la innovación, México enfrenta un problema grave de salud pública. De acuerdo con el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Patologías Bucales y estudios de la UNAM, más de 90 por ciento de la población padece caries o enfermedades gingivales. Apenas 6.3 por ciento está libre de esta enfermedad.
“La caries no tratada puede desencadenar abscesos, pérdida prematura de piezas dentales y dolor crónico que afecta la calidad de vida, además de incrementar riesgos sistémicos como complicaciones cardiovasculares, descontrol de la diabetes, problemas respiratorios e incluso partos prematuros”, añadió.
Moretti recordó que la evidencia científica es clara sobre el vínculo entre la salud oral y la salud general. “Las personas con diabetes tienen hasta tres veces más probabilidades de sufrir enfermedad periodontal, y tratarla puede ayudar a mejorar el control de la glucosa. También se ha comprobado la relación entre problemas de encías y enfermedades cardiovasculares, incrementando el riesgo de infartos y afectando la circulación”, explicó.
La pérdida de dientes, enfatizó, reduce hasta en 70 por ciento la eficiencia masticatoria al faltar molares. Ello limita la elección de alimentos y favorece dietas ricas en carbohidratos procesados, ocasionando deficiencias nutricionales y mayor riesgo de desnutrición en adultos mayores.
Desigualdad en el acceso a los servicios
En México hay entre 80 mil y 100 mil dentistas registrados, pero cerca del 90 por ciento trabaja en el sector privado y solo alrededor de 10 mil en el sector público. La mayoría son odontólogos generales, mientras que especialistas como ortodoncistas, endodoncistas y periodoncistas están aún más concentrados en las grandes ciudades.
La distribución es desigual: en la Ciudad de México existen hasta 16 dentistas por cada 10 mil habitantes, mientras que en estados como Chiapas, Oaxaca o Guerrero la cifra cae a uno o dos. El promedio nacional es de cuatro a cinco por cada 10 mil habitantes, por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud y de países como Estados Unidos o Canadá.
“En la capital tenemos una buena proporción de profesionales, pero en las regiones más marginadas millones de personas están desprotegidas en salud oral”, advirtió Moretti.
Ante esta brecha, enfatizó el papel de la teleodontología que “está transformando la manera de llegar a comunidades remotas. Hoy es posible realizar evaluaciones iniciales, seguimientos postoperatorios y análisis de imágenes asistidos por inteligencia artificial a distancia. Esto ha demostrado que la teleodontología puede superar barreras geográficas y económicas en México”, señaló.
Retos y futuro
Aunque los avances son evidentes, Moretti reconoció que persisten obstáculos. “Necesitamos marcos regulatorios más ágiles, capacitación constante y alianzas público-privadas que permitan llevar estas tecnologías a más clínicas y hospitales”, apuntó.
“La educación continua es esencial. Solo así los profesionales adoptan estas herramientas de manera responsable y segura. Garantiza el dominio técnico de equipos como escáneres intraorales, tomógrafos, fresadoras y sistemas de impresión 3D. Es la única manera de reducir errores, estandarizar protocolos y proteger la equidad en el acceso”, subrayó.
“La prevención familiar y escolar, acompañada de tecnologías accesibles, puede reducir hasta en 70 por ciento la pérdida de dientes a lo largo de la vida. La innovación no sustituye la educación, pero sí amplía las posibilidades de acceso a una odontología más precisa, preventiva y centrada en el paciente”, aseveró.
LP