EL SEXÓDROMO
Verónica Maza Bustamante
Urotechnology, recién fundada en la Ciudadde México, es una clínica dedicada a “resolver la disfunción eréctil (antes conocida como impotencia) de raíz, no solo sus síntomas, con beneficios a largoplazo”, según informa su portal de internet. Cuando me enteré de ella solicité una cita con los responsables del espacio, ubicado en Paseo de las Palmas, en Lomas de Chapultepec, para hablar sobre la tecnología que usan y los pormenores de lo que ofrecen.
Me recibieron Marcos Pérez, su director general, y el cirujano urólogo Alfonso Franco Morales, director médico, en un espacio dentro de un edificio con consultorios. El lugar se distingue por su discreción. Para entrar a él hay que traspasar una puerta que siempre está cerrada y en cuyo cristal únicamente se observa un pequeño logotipo. Adentro hay un escritorio donde se encuentra una recepcionista y tres cubículos aislados uno del otro. Hasta ese punto, nada parece indicar que la clínica se dedica a tratar la disfunción mediante ondas de choque de baja intensidad, siendo la única en México con certificación internacional en el tratamiento
Menciono lo de la reserva porque es común que muchos hombres que padecen problemas con su erección sientan vergüenza al ir a un consultorio urológico y, más aún, a uno dedicado a este problema.Pensando en ello, los fundadores de Urotechnology diseñaron un área en donde es casi imposible que los pacientes se encuentren. Al llegar a la clínica, ya sea por primera vez o las subsecuentes, entrarán a uno de los espacios privados (con capacidad para dos personas) y a puerta cerrada llenarán o completarán su historial médico. Cuando sea momento de pasar a la primera cita o terapia, serán los únicos que cruzarán un breve pasillo para acceder a uno de los dos consultorios, en donde se toparán con que el médico no está en un escritorio frente a dos sillas, como es costumbre, sino que se sentará cerca, delante de una vista espectacular a la ciudad, y con su computadora a un lado, generando un ambiente de confianza.
En uno de esos espacios me reciben Marcos y Alfonso. El primero me cuenta: “Hay un montón de gente que tiene disfunción eréctil, pero aún no se habla abiertamente sobre ella en Latinoamérica. Pocos la reconocen. Hay medicamentos que atacan los síntomas mediante fármacos, pero esta terapia busca tratar al padecimiento de raíz, ofrecer efectos fisiológicos a largo plazo. Es una tecnología que tiene 20 años en el mundo médico; lo que es nuevo es la aplicación para tratar esta alteración. Las ondas de choque comenzaron a usarse para eliminar los cálculos renales sin necesidad de operar. Un especialista dedujo que si servía para formar nuevos vasos sanguíneos, podía funcionar para curar problemas cardíacos, y así fue. Después, pensaron que con el pene se podría usar pues para lograr una erección es básico tener más ymejor sangre corriendo en los cuerpos cavernosos. Trabajaron con la intensidad de onda y lo lograron”.
“La terapia por ondas de choque —explica eldoctor Franco— está registrada en las guías de la Asociación Europea de Urología, está avalada a nivel internacional, pues hay un compendio médico que la respalda. En México no existía, por eso decidimos traerla. Nuestra idea e intensión es que sea la primera de una cadena en el DF, Guadalajara, Monterrey y otras ciudades.”
Hablamos sobre el diagnóstico de un paciente con disfunción eréctil: “Es complejo, pues no todos los hombres aceptan fácilmente que la sufren. En la consulta privada urológica, solo 15 por ciento acepta tener problemas de este tipo, cuando en la realidad está documentado que hasta 52 por ciento de los hombres mayores de 40 años los padecen”, puntualiza.
DE ISRAEL CON PASIÓN
El dispositivo que emplean en Urotechnology es israelí. Aunque la tecnología es la misma que la empleada para disolver los cálculos renales por fuera, la frecuencia de onda que se aplica en el pene es menor.
El paciente se acomoda en un sillón confortable, semejante al de los dentistas, donde puede estar escuchando música (la clínica tiene señal de wi-fi y prestan audífonos) o viendo una película en su celular, mientras un médico general capacitado para dar el tratamiento coloca un inductor (como el del ultrasonido) con una suave membrana que entrará en contacto directo con el pene, donde se darán 300 disparos en cinco zonas: glande, lateral y base del pene en lado derecho e izquierdo. “Hay otros aparatos semejantes en el mercado, pero la longitud de onda de este equipo esla más larga que existe. Sabemos que 50 por ciento de los cuerpos cavernosos están adentro y no en las paredes exteriores, por lo que con él tendremos una amplitud de onda con un alcance profundo”, cuenta Marcos Pérez.
Colocan gel hipoalergénico en el aparato, lo acercan al dorso de mi mano y activan los disparos. Se escucha un“clic-clac” monótono pero no se siente casi nada, apenas un cosquilleo que ni duele ni molesta. La secuencia es rápida, por lo que en 20 minutos cubren todas las zonas a tratar. Antes de ella y en presencia del paciente, se desinfecta el equipo.
El número de sesiones depende del grado de disfunción que se padezca. El mínimo son seis (para un grado moderado), dos por semana durante tres. “La primera sesión el paciente no ve ningún cambio. A la semana dos suceden erecciones matutinas y mayor sensibilidad en la base del pene. El punto máximo se da luego de tres o cuatro semanas de haber iniciado el procedimiento. Si se necesitan 12 sesiones, se toman las primeras seis, se descansa tres semanas y luego se brindan las otras seis. La terapia se puede asociar a los fármacos que se tomaban con anterioridad, si es ese el caso. Ocho de cada diez pacientes que no respondían al tratamiento con medicamentos responden a las ondas de choque porque se generan nuevos vasos sanguíneos, los cuales están limpios, no tapados. Lo importante es recuperar la calidad de vida, la espontaneidad”, dice el doctor Franco Morales.
El beneficio tiene una duración de aproximadamente dos años, aunque si el caballero en cuestión cuida su alimentación, sus hábitos, hace ejercicio —es decir, protege ahora sí sus cuerpos cavernosos y su salud— puede gozar del resultado hasta por cinco años. Después se puede volver a tomar la terapia.
Los resultados se han visto en ocho de cada 10 pacientes, y se debe comprar el paquete mínimo de seis sesiones, el cual tiene un costo de 25 mil pesos, que incluye la consulta de valoración con el especialista, las subsecuentes para ver la evolución y el tratamiento. Existe la opción de pagar a meses sin intereses con tarjetas de crédito.
“Tenemos un call center donde damos información. No ofrecemos diagnósticos telefónicos, pero sí una primera atención. Pueden hablar los pacientes o sus parejas. Los telefonistas están sensibilizados, saben dar orientación. El número es el 01800 060 6000 y si son candidatos al tratamiento se les da una cita. La consulta de valoración no tiene costo. Los criterios de inclusión son: haber tenido síntomas durante seis meses o más, al menos dos intentos al mes de tener encuentros sexuales sin éxito y lo que señalen en el test especial que les hacemos”, finalizan los directores de Urotechnology. Estaremos pendientes de los resultados en México.
Informesen
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