Durante el año pasado solo hubo 89 días con aire limpio en el área metropolitana de Monterrey, cifra que podría ser incluso menor debido a que el Sistema de Monitoreo Ambiental (SIMA) está caduco y no percibe algunas partículas de contaminación.
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A pesar de ello, el Gobierno del Estado parece no contar con una estrategia clara para combatir la polución, pues mientras anuncia el cierre de pedreras y la posibilidad de implementar la verificación vehicular, dos nuevas extractoras de roca caliza buscan iniciar operaciones en García y Doctor González.
En un recuento realizado por MILENIO Monterrey de los reportes mensuales del SIMA, se encontró que junio y diciembre de 2016 tuvieron la peor calidad del aire del año, al tener únicamente dos días limpios al mes.
Las partículas PM10, es decir, las menores a 10 micrómetros que proceden del polvo, son el mayor contaminante del aire, ya que sobrepasaron los niveles permitidos en la Norma Oficial Mexicana durante más días.
Las partículas menores a 2.5 micrómetros (PM2.5) son señaladas por los expertos como las más dañinas para la salud por su tamaño y composición, ya que provienen de las emisiones de los vehículos diésel. Sin embargo, éstas no son detectadas por la mayoría de las estaciones del SIMA.
A diciembre de 2016, solamente la estación Sureste, ubicada en Guadalupe, registraba dicho contaminante; en contraste, los estudios realizados por LT Consulting en 2013 ubican a los autos y el transporte público como primer emisor de contaminación con el 45 por ciento del total, por lo que esto no se ve reflejado en el SIMA.
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Sobre este tema, el coordinador del Centro de Calidad del Aire del Tecnológico de Monterrey, Gerardo Manuel Mejía Velázquez, advirtió que no se podrá conocer la mejora o el agravamiento de la calidad del aire si no se tiene un registro efectivo.
“Si no le dan presupuesto (al Gobierno) para que se mantengan las estaciones de monitoreo, pues se han ido dañando algunos equipos y realmente se ha ido perdiendo parte de esa historia (…). Necesitamos medir, si no está midiendo, pues no veo el problema, no le hago caso”.
Anteriormente, el especialista ha trabajado en investigaciones relacionadas con el daño que causan las partículas PM2.5, pero por falta de presupuesto y equipamiento, dijo, no se ha podido continuar con su estudio. Los últimos informes van de 2010 a 2015.
Exigió a la actual administración estatal implementar una estrategia efectiva y designar más recursos para mejorar la calidad del aire.
Explicó que para tener un panorama claro de cómo afecta la contaminación, es necesario empatar el estudio del inventario de emisiones, es decir, el que determina la fuente de polución, con el reporte del SIMA, de tal manera que se conozca el comportamiento de la partícula en la atmósfera y en la salud humana.